El secretario de Desarrollo Social, Heriberto Félix Guerra, admitió que el desorden en el crecimiento de los asentamientos humanos es caldo de cultivo para que los jóvenes sean vulnerables a las conductas ilegales, particularmente en aquellas ligadas a los puntos fronterizos, de actividad industrial y turismo.

Explicó que en México hay entre 22 y 24 ciudades que son un gran imán, pero también han crecido de manera desordenada, cuya expansión propicia un gran caldo de cultivo y alrededor de ellas jóvenes que no tienen oportunidades y se pueden convertir en presa fácil del crimen organizado.

En la 99 asamblea ordinaria del Infonavit, a la que asistió en representación del presidente Felipe Calderón, Félix Guerra dijo que la mejor opción para que niños y jóvenes elijan una vida saludable y con valores es mirar hacia la familia como célula social.

Ante representantes de los sectores obrero y empresarial, Félix Guerra tenía en sus notas, para cerrar la idea anterior, respecto de la importancia de la familia: Más vale tener becarios que sicarios; sin embargo, se saltó ese renglón, escrito en el texto borrador que fue repartido a la prensa.

Destacó la importancia de construir conjuntos habitacionales integrales, sustentables y en zonas seguras, pues las familias se forman y se consolidan en viviendas.

Y la fortaleza de la institución familiar es clave para prevenir muchos de los males que actualmente aquejan a nuestra sociedad, como la pobreza y la inseguridad. En este punto, optó por no precisar: La violencia y la ruptura del tejido social.

Señaló que uno de los principales problemas en diseño de conjuntos habitacionales es que se están construyendo de manera horizontal, lo que dificulta el crecimiento ordenado y la calidad de vida de sus habitantes.

Por ejemplo, de 1980 a 2009, Cancún se expandió casi 16 veces; Hermosillo 5.27 y Ciudad Juárez seis veces. Ante esta falta de planeación propuso crear en 2011, con recursos federales, un fondo de planeación urbano; alentar la vivienda vertical o ciudades más densas. Y sobre todo, no autorizar la instalación de asentamientos humanos en zonas de riesgo.

Antes, los representantes del sector obrero denunciaron la construcción de viviendas muy pequeñas (que se ofrecen a los beneficiarios de créditos Infonavit), en sitios desolados (hay casas de 38 metros cuadrados): No es posible que haya viviendas tan pequeñas que para poner regadera tienen que sacar el escusado, advirtió Patricio Flores, vocero del sector obrero en el Infonavit.