A México le costó 500 millones de pesos que la Agencia Federal de Aviación (FAA) estadunidense le devolviera la categoría uno, y con ello empresas como Aeroméxico se reposicionen en aquel mercado. El subsecretario de Transporte, Humberto Treviño, dijo que los recursos erogados fueron para la capacitación de al menos una veintena de pilotos inspectores y la modernización de procesos e instalaciones en la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC).

Destacó que durante los cuatro meses que México se mantuvo en la categoría 2 estuvieron en México inspectores de la FAA para dar seguimiento a los trabajos de la SCT y de la DGAC, y garantizar que se cumpliera con los estándares de seguridad, preparación y calidad del personal, tecnología e instalaciones que se exigen para estar en la categoría uno.

Estar de vuelta en la categoría uno representa para las aerolíneas mexicanas la posibilidad de aumentar sus frecuencias en vuelos internacionales, reactivar alianzas y con ello volver a trabajar bajo el esquema de códigos compartidos.

Las primeras noticias las dio Aeroméxico, al anunciar que con la recuperación de la primera categoría incrementará vuelos a cinco destinos de Estados Unidos, abrirá uno a Denver y otro a Montreal. En tanto, Mexicana señaló que la decisión de la FAA acelera su proceso de recuperación y la posibilidad de regresar al mercado en mejores condiciones.

Desde el pasado 30 de julio, cuando la FAA anunció la degradación de las instalaciones y autoridades aeronáuticas mexicanas a categoría 2, las aerolíneas nacionales perdieron unos 600 mil asientos en destinos entre México y Estados Unidos, y en el mismo lapso las aerolíneas estadunidenses crecieron 13 por ciento en el mercado, según la DGAC.

El director de Aeroméxico, Andrés Conesa, anunció que a partir de la próxima semana incrementarán sus vuelos a Nueva York, Miami, Los Ángeles y Las Vegas, se abrirá un vuelo a Denver y uno más a Montreal.

El director de Volaris, Enrique Beltranena, indicó que recuperar la categoría uno es una buena señal para la aerolínea que con la degradación perdió cerca de 20 millones de dólares, ante la imposibilidad de iniciar vuelos a cuatro ciudades estadunidenses.