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Donan los Nuncio 5 momias a museo
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Vista del Museo de las Momias de Coahuila, ubicado en el poblado Las Alazanas, recientemente remozadoFoto Cortesía del gobierno de Coahuila
 
Periódico La Jornada
Viernes 3 de diciembre de 2010, p. 7

La familia Nuncio, cuyos ancestros forman parte del Museo de las Momias de Coahuila, develará este viernes una placa en ese inmueble recientemente remozado, en la cual se deja constancia de su colaboración para crear y promover ese centro cultural.

Se trata de un espacio único en su género en el norte del país, proyectado para conservar y difundir la historia y las tradiciones de la región de Arteaga. Allí se ubica el poblado de San Antonio de las Alazanas, donde se erige el museo.

El gobierno local invirtió este año 5 millones de pesos en la rehabilitación del museo que cuenta con cinco momias donadas por los Nuncio Limón.

La naturaleza de la tierra de la zona preservó los cuerpos que ahora están en vitrinas herméticamente cerradas que contienen nitrógeno, lo que permitirá su conservación por varias décadas más.

Además de la exhibición permanente de las momias en un área de 159 metros cuadrados, en el museo se realizarán investigaciones en torno a los procesos de momificación, en instalaciones que ocupan otros 133.54 metros cuadrados.

El recinto cuenta con cuatro salas de exposición que abordan temas como medio ambiente, historia y vida cotidiana del pasado del poblado, además de una sala polivalente, bodegas, sanitarios, oficinas y tienda de souvenirs.

Hallazgo en 2007

Las momias fueron descubiertas el 2 de noviembre de 2007, durante la celebración del Día de Muertos, cuando en el panteón del ejido se reportaron problemas con enjambres de abejas.

Al efectuar trabajos de control en una de las criptas, por accidente se removió una caja de madera y se encontró un cuerpo momificado. Para realizar la exhumación se buscó a los descendientes de la familia Nuncio, al tiempo que en la iglesia de San Isidro Labrador se oficiaron misas para pedir permiso a las almas de extraer los restos de esos cuerpos.

No obstante, se tienen datos de que en 1997 la cripta fue profanada y saqueada. Los cuerpos fueron mutilados para quitarles objetos de valor, como anillos, collares y escapularios. Aunque se interpuso una denuncia penal, los responsables no fueron identificados.

La cripta perteneció a los dueños de la hacienda de Los Nuncio. Los cadáveres eran enterrados con indumentaria de gala y objetos de valor. Por ejemplo, don Juan Nuncio fue enterrado vestido de frac y su hijo con traje, mientras las mujeres fueron ataviadas con lujosos vestidos, con telas traídas de las islas Canarias, en España; incluso una llevaba hasta nueve faldones.

De acuerdo con información proporcionada por la familia, se sabe que Juan Nuncio combatió en la lucha por la Independencia de México, mientras Pedro Nuncio se involucró en la Guerra de la Reforma proveyendo caballos y armas.

Su descendiente, Abraham Nuncio Limón, quien vive en Monterrey, fue quien otorgó el permiso para exhumar los restos.

Los estudios de los cuerpos no han concluido. Se investigará, mediante análisis de la piel, qué comían en los últimos días. Se sabe que fallecieron por causas naturales, puesto que los estudios bacteriológicos no demostraron que padecieran alguna enfermedad.

Los cuerpos momificados pertenecen a Juan Nuncio (1790-1850), Petra Escamilla (¿?-1856), Pedro Nuncio (1824-1905), Paula Padilla (¿?-1903) y la niña Celia Nuncio (1874-1878).