Ana María Torres siente rabia cuando recuerda la función del Bicentenario en la Plaza México. El pasado 11 de septiembre, la Guerrera ofreció una de sus mejores peleas ante la alemana Alesia Graf y retuvo el título supermosca del Consejo Mundial de Boxeo (CMB).

Invirtió meses de preparación para enfrentar a una de las máximas representantes del boxeo femenil. Fue su noche, pero al día siguiente, cuando intentó cobrar el sueldo por aquel combate, recibió una mala noticia: los pugilistas que participaron en aquella velada habían sido defraudados. Pelearon a cambio de nada.

Aquel día de lluvia y caos en la Plaza de Toros también subieron al cuadrilátero los ex campeones Édgar Sosa y Érik Morales, entre varios preliminaristas más. Ninguno recibió el pago comprometido.

Después de casi tres meses, Matiz, la empresa organizadora de la función, no ha respondido a los afectados. Su excusa fue que la velada no había tenido éxito o, simplemente, que no hay dinero.

Es muy decepcionante, porque uno cuenta con esa cantidad. Incluso me comprometí con un terreno para mi casa y ahora no sé de dónde voy a sacar para pagarlo, dijo Torres. En este negocio –agregó– el peleador es siempre quien se lleva la peor parte. Da coraje que vengan vivales solo con ganas de chingar al boxeador.

Este viernes los pugilistas perjudicados tienen una reunión con los representantes de Matiz, dijo el mánager de la Guerrera, Roberto Santos, pero sospecho que será lo mismo de siempre.

Sin embargo, ya planea emprender medidas legales junto con el nuevo promotor de Torres, Héctor García: No solo contra Matiz, sino contra quien resulte responsable: José Luis Villuendas, Nacho Huizar, quien sea.

Después de su retiro de tres años de los encordados, el Terrible Morales tuvo su segundo combate ante el escocés Willie Limond en la Plaza Toros. Fue una pelea difícil ante el británico, quien sólo cedió gracias al gancho al hígado que le asestó. Una buena actuación luego del tiempo alejado de los cuadriláteros. La recompensa fue un cheque fraudulento.

Mientras se prepara para su próximo combate contra el argentino Jorge Rodrigo Barrios, alias la Hiena, Morales recuerda molesto las consecuencias de la función Bicentenario: Mentiría si digo en qué va el problema, porque mis abogados son los encargados del asunto. Lo último en lo que me quedé fue que al día siguiente de la pelea me entregaron un cheque que no pudimos cobrar porque fue reportado como robado.

En el Consejo Mundial de Boxeo, el presidente José Sulaimán afirmó que no permitirá que se burlen de los peleadores y si es necesario el organismo emprenderá el litigio por la vía penal.

Dijo que aunque el CMB no tiene injerencia para garantizar el pago a los pugilistas, pues la comisión local –en este caso la del Distrito Federal (CBDF)– es la autoridad para avalar una función, no dejará de luchar hasta que paguen sus sueldos a los boxeadores. Sólo la CBDF sabe en qué condiciones se acordó esa velada.

Al respecto, el presidente de la Comisión de Box capitalina, Rafael Herrera, aseguró que no ha actuado porque no intervino en los acuerdos entre promotores y peleadores: Ellos trataron directamente con una promotora e hicieron sus convenios económicos, es un acuerdo entre particulares.

Explicó que autorizaron la función porque confiaron en que era legal y nunca habían enfrenado un caso así. Además, aseguró que hasta el momento ninguno de los peleadores se ha presentado a la comisión a presentar queja alguna.