Miércoles 1º de diciembre de 2010, p. 18
Cuando el médico te da su diagnóstico, lo que hace es darte una sentencia de muerte por anticipado
. De esta forma define José Ángel Valencia la manera en que inicia el calvario que deben vivir quienes padecen algún tipo de discapacidad mental en México.
Miembro del equipo jurídico de la organización no gubernamental Disability Rights International (DRI), y él mismo sobreviviente
del sistema de salud pública del país, Valencia fue diagnosticado en 2006 con transtorno bipolar, luego de haber pasado por evaluaciones equivocadas y sobredosis de medicamentos no indicados.
Hasta el año pasado fue el diagnóstico bueno y ahora estoy en eutimia, como le dicen, o estabilizado. Pero sin apoyo, puedes tener recaídas
, contó el activista en charla con La Jornada.
No hay oportunidades para quienes vivimos con alguna discapacidad sicosocial. La familia, por ignorancia o por falta de recursos, simplemente te abandona. Eres el loco, apestas realmente, estés dentro o fuera de una institución
, lamentó.
Aunque los estudios se han enfocado en las personas que son abandonadas en una clínica u orfanato, no se habla de quienes no aparecemos en las estadísticas pero estamos muriendo poco a poco de depresión en nuestras camas. No hay oportunidades de estudio y tu vida se reduce a ir a consulta cada dos o tres meses, con médicos que ni siquiera tienen conocimientos
.
Es por ello, anunció, que un grupo de pacientes ha comenzado a reunirse para hablar de sus padecimientos y expectativas desde su propia voz.
Hay gente que por muchos años nos ha representado sin saber cómo se vive una discapacidad, usando nuestro dolor con fines políticos. Esta es una oportunidad para que empecemos a romper las barreras que la sociedad pone para que no participemos
, afirmó.