Con la exigencia de igualdad de condiciones para competir en el sector aéreo, Aeroméxico expresó su rechazo a una eventual quita de deuda del gobierno federal a Mexicana de Aviación para lograr el reinicio de sus operaciones, pues no es grato que dinero público se use para cubrir errores de carácter privado. Además exigió la definición de una política aeronáutica que dé certidumbre al sector y criticó los altos costos de los servicios aeroportuarios en el país, incluida la venta de combustible.

En conferencia de prensa, el presidente del consejo de administración de la aerolínea, José Luis Barraza, y el director Andrés Conesa, reconocieron que una parte importante de 35 por ciento de aumento en los pasajeros en el periodo septiembre-octubre se debió a la salida de Mexicana. Se estima que para 2010 el número de pasajeros transportados por la empresa alcance 11.7 millones, lo que representaría un aumento de 15 por ciento respecto del año pasado.

Barraza González señaló que la incertidumbre sobre el futuro de Mexicana, la carencia de una política aeronáutica que fije las reglas claras de competencia, la degradación de México a categoría dos en materia de seguridad por Estados Unidos, y la falta de acuerdos con los sindicatos de trabajadores para modificar sus contratos colectivos frenan las inversiones de decenas, quizás cientos de millones de dólares que planea Aeroméxico para los próximos años.