En primer término se busca la prevención del mal entre los grupos más vulnerables
Funsalud, organización encargada de administrar los recursos, que sumarán 64 mdd en 5 años
Domingo 28 de noviembre de 2010, p. 42
Esta semana llegaron a México los primeros 25 millones de dólares aportados por el Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria, para la realización de actividades de prevención de VIH/sida entre hombres que tienen sexo con hombres (HSH) y usuarios de drogas inyectables (UDI), en 44 ciudades de la República.
El proyecto aprobado por el organismo internacional tendrá una duración de cinco años, durante los cuales el país recibirá un total de 64 millones de dólares. El principal fin de dicho apoyo financiero es detener la transmisión del virus que en México ha afectado a más de 141 mil personas de 1983 a junio de 2010, en particular entre los grupos de mayor riesgo, que son los HSH y UDI.
Como parte del acuerdo con el fondo mundial, el gobierno mexicano está obligado a destinar presupuestos suficientes a la prevención y atención de la enfermedad en el resto de los grupos de población en riesgo de adquirir el VIH, así como a cumplir con las metas planteadas y someterse a procesos de evaluación y supervisión anual.
Los recursos del fondo mundial serán administrados por la Fundación Mexicana para la Salud (Funsalud), designada como receptor principal, la que a su vez tiene la responsabilidad de garantizar el uso adecuado del dinero, a través de un coordinador de proyecto, subreceptores y prestadores de servicios.
El reto es mayúsculo, señaló Arturo Díaz Betancourt, quien formó parte del grupo de expertos que elaboró la propuesta presentada al fondo mundial, porque lo logrado hasta ahora se podría venir abajo
si el país resulta incapaz de cumplir con la meta de reducir la afectación del sida entre HSH y UDI.
Advirtió, además, el riesgo de que organizaciones civiles y de profesionales (académicos e investigadores) que hasta ahora han realizado un trabajo comprometido en la lucha contra el VIH/sida, desvirtúen su labor en aras de ser partícipes de la distribución del dinero.
Además, explicó, los estándares de calidad que deben reunir para poder ser considerados son altos y no todos los grupos de la sociedad civil podrán cumplir con ellos
. La duda, entonces, es quién o quiénes tendrán a su cargo el cumplimiento de las metas, apuntó.
La inclusión de México como candidato a recibir apoyo del fondo se logró hace un par de años por gestiones de Jorge Saavedra, ex director del Centro Nacional para la Prevención y Control del VIH/Sida (Censida). La propuesta se presentó en enero de 2009 y fue aprobada en noviembre del mismo año.
El Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria es una institución internacional de financiamiento con sede en Suiza. En su portal de Internet informa que ha distribuido 19 mil 300 millones de dólares en 144 países para apoyar programas a gran escala de prevención, tratamiento y atención contra las tres enfermedades.
De acuerdo con el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Mauricio Hernández, en el proyecto mexicano los indicadores están bien definidos y encaminados, entre otros puntos, a lograr un cambio de comportamiento hacia el uso del condón en cada relación sexual. Para ello, con el recurso disponible, el próximo año se podrán distribuir alrededor de 200 millones de preservativos en las ciudades donde se ejecutará el proyecto.
Arturo Díaz recordó que hasta ahora no ha habido dinero suficiente para acciones de prevención de VIH/sida, y menos para los sectores que tradicionalmente han sido discriminados y estigmatizados, como es la comunidad homosexual y los adictos a drogas inyectables.
A pesar del conocimiento que se tiene respecto a la vulnerabilidad en que se encuentran estos grupos frente al VIH, los esfuerzos de prevención y control han recaído principalmente en organizaciones de la sociedad civil, y sólo en algunos casos con financiamiento público. Esto es lo que explica que 59 por ciento de los casos de sida sean de homosexuales.
En el caso de los UDI, si bien equivalen a uno por ciento del total de enfermos, en lugares como Ciudad Juárez y Tijuana representan un problema grave y en aumento, para el que ha habido respuestas limitadas.