Disco reúne grabaciones en vivo de sus primeros 20 años de carrera
Domingo 28 de noviembre de 2010, p. 4
Si bien abarca sólo las primeras dos décadas de su prolífica carrera de medio siglo, el disco compacto doble Irma González en vivo: 1945-1965 representa un valioso documento histórico y artístico que rinde testimonio de la grandiosidad de la soprano, un icono del arte lírico
de la segunda mitad del siglo XX mexicano.
De ello da cuenta el musicólogo Francisco Méndez Padilla, productor del material, cuya presentación tuvo lugar esta semana en el Palacio de Bellas Artes, escenario de los inolvidables éxitos de la también docente, fallecida el 4 de diciembre de 2008, a los 92 años.
Realizado bajo el sello Urtext, el álbum es una especie de paso natural, luego de que el investigador elaboró en 1996 el libro Irma Gonzaléz, soprano de México, publicado por la Universidad Nacional Autónoma de México.
En total, son 27 las pistas que integran esta antología, las cuales en conjunto definen un excelente perfil
de la voz y la manera de interpretar de la cantante.
Son 20 años de grabaciones en vivo, desde 1945 a 1965, y con ello se ejemplifica no sólo el repertorio de la maestra, sino la evolución experimentada por su voz a lo largo de los años, a través de las más importantes heroínas que personificó
, indica Méndez Padilla en entrevista.
“Este material nos da oportunidad de escuchar no sólo su emotividad, sino el virtuosismo que la caracterizó. Sin embargo, el disco no refleja el impacto que tenía su voz en el escenario.
Era una voz enorme, no únicamente en tamaño, sino por la cantidad de armónicos que envolvían al escucha; ya estuviera uno en el tercer piso o en luneta, su voz sobresalía entre el coro, la orquesta y sus colegas
.
Las grabaciones permiten apreciar a Irma González como una gran intérprete del repertorio de Giacomo Puccini, mediante arias o dúos de Madame Butterfly, La Bohéme, Turandot y Tosca. Lo mismo ocurre con el de Giuseppe Verdi, del que se incluyen momentos de La traviata, Aída, Otello y La forza del destino.
Se registran asimismo algunos pasajes de óperas de Pietro Mascagni, Ruggero Leoncavallo, Arrigo Boito, Georges Bizet y Jules Massenet, entre otros.
Este material fue seleccionado a partir de criterios artístico y técnico, asegura el productor: “Por un lado, se trató de reflejar lo que había sido la carrera de Irma González, algo difícil si se considera que fueron 50 años (de 1938 a 1988). En este caso es exclusivamente la ópera, pero también ofreció innumerables recitales y conciertos.
“Por otro lado, tuvimos la desventaja de que algunas de las fuentes originales estaban en mal estado y no pudimos incluir muchas actuaciones que consideramos esenciales, como su interpretación del aria de Pamina, de La Flauta Mágica, una obra (de Mozart) sin duda de gran importancia, pues la maestra fue quien la estrenó en México”.
Cuenta Méndez Padilla que las grabaciones originales provienen de estaciones de radio como XEX y XEW, donde la soprano cantó varias ocasiones en vivo, así como de registros tomados en directo de funciones en el Palacio de Bellas Artes.
Todo ese material, comenta, fue transferido de los discos originales a cintas, y luego digitalizado, y con él podría integrarse una colección sobre la cantante.
La importancia de este rescate, independientemente del hecho de poder preservar y difundir el arte de la maestra, consiste en dar cuenta a las nuevas generaciones de su faceta como cantante de ópera, que es donde reside el prestigio que acompaña su nombre hasta la fecha
, resalta el investigador.
Su manera de interpretar se distinguía por una doble faceta entre delicadeza y poderío, aunado a su expresividad y capacidad de comunicación. No era una artista intelectual, racional, sino intuitiva. Toda esa intuición, aunada a sus años de experiencia, fue lo que crearon el fenómeno de Irma González
, rubrica.