No eres tú, soy yo, de Alejandro Springall, rompe récord de taquilla en México
El cine nacional da resultados; que lo entiendan las autoridades
Todos los directores deberían darse una oportunidad de hacer este tipo de cintas: el realizador
Llama a cineastas a defender sus producciones; eso no lo van a hacer los distribuidores
Domingo 28 de noviembre de 2010, p. 8
La película No eres tú, soy yo, dirigida por Alejandro Springall, rompió récord en el país al convertirse en la cuarta cinta nacional más taquillera, detrás de El crimen del Padre Amaro, Una película de huevos y Rudo y cursi.
Después de nueve semanas en cartelera alcanzó 125 millones 600 mil pesos en taquilla y ha sido vista por más de 2 millones 800 mil personas. En entrevista, Springall dice: Me di chance de probarme en la comedia romántica, de ceñirme estrictamente a lo que es el género y ver qué tan capaz era de hacer una película taquillera; ahora me doy cuenta de que cualquier director debería hacerlo por lo menos una vez en la vida, aunque se salga de su línea
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Continúa: “La película está concebida para llegar a un público amplio; el lenguaje está cuidad con los preceptos del género. Nunca creí que fuéramos a pasar de 70 u 80 millones (de pesos), logramos cerca de 30 por ciento más. Lo que más me sorprendió fue que estrenamos en el mes más bajo del año. No eres tú, soy yo elevó las estadísticas de septiembre, lo que resulta interesante en estos momentos, de debate por la defensa del presupuesto para el cine mexicano, por que se cumpla con la ley cinematográfica y se acrecienten fondos como el Fidecine y Foprocine –ahora que están tan bajos–, así como que se garantice el artículo 226. Ahora creo que sí hay resultados medibles para que entiendan las autoridades la importancia social del cine nacional”.
Aprovechar la coyuntura
El también director de Santitos complementa: Siempre hemos defendido el cine para que se entienda como concepto cultural y moral; nunca lo hemos podido sustentar a escala industrial; septiembre fue muy importante, y lo que quiero decir es que ahora tenemos una oportunidad para de que lo entiendan los funcionarios. Aprovechemos la coyuntura especial: la gente se volcó a ver cine mexicano; en septiembre las pantallas que exhibieron este cine llegaron a 34 por ciento, cosa inaudita, pues esto no sucedía hace 40 años. Claro, algunas películas gustaron más que otras, pero en términos industriales hubo buenos resultados con la oferta tan diferente de estrenos nacionales
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Agrega: “Era importante estrenar en esa época No eres tú, soy yo, un poco pensando en que el público estaría harto del bicentenario y, además, la audiencia se volcó a ver a Eugenio Derbez. Desde el estreno se conectó emocionalmente con la cinta, lo que como director me tiene sorprendidísimo. Cuando estaba planeándola, al escribir el guión, quería a Eugenio como protagonista. Yo no tengo televisor; conozco poco los personajes de este acto, pero me interesó por su trabajo en La misma Luna.
“Él se puso en mis manos y el público se sorprendió de no verlo como uno de sus personajes (de televisión), porque lo ceñí al lenguaje cinematográfico. Desde que estaba haciendo la promoción de la película –con Eugenio–, me dí cuenta de lo fuerte que es él para los mexicanos, cómo tiene 20 años de presencia en los hogares y que se ha convertido en una especie de primo para los mexicanos; lo consideran parte de su familia. Supe que lo que le pasara como personaje en la película a la audiencia le iba a interesar. Creo que eso fue lo que convenció a los tres millones de espectadores que vieron la película.”
A consideración de Springall, quien debutó como productor hace 20 con la cinta Cronos, de Guillermo del Toro, “lo que hemos logrado actualmente con todo lo que pasa en el cine mexicano es que deja de ser de un solo género; el público empieza a verlo, a seleccionarlo por la oferta tan diferente de géneros que estamos manejando... he recibido comentarios sobre No eres tú, soy yo; dicen que así debe ser el cine mexicano. Aunque creo también que ha prevalecido una corriente de cine nacional hecho para festivales; mientras más pinche se vea, sea más racional y maneje conceptos escandalosos se hace para triunfar en los festivales”.
Por otro lado, Springall dice: “Creo que hay un divorcio entre los medios de comunicación y la industria del cine mexicano. A través de los medios se podría hablar de la verdad de lo que es el cine y que el público comience a ver otras cosas; necesitamos cambiar la percepción de que sólo cuatro o cinco actores son los que hacen el cine nacional.
“Hay que cambiar la inercia de queja, de negatividad de los cineastas; debemos dejar de pensar que otros van hacer algo por nuestras películas y comenzar a hacerlas, pues perdemos demasiado tiempo lamentándonos y hablando. Los exhibidores, distribuidores y las autoridades no van a defender nuestros trabajos; la prioridad de que éstos se vean es responsabilidad de nosotros, los cineastas.
Hay que dejar de ser víctimas, de creer que es la mala política, la distribución y la mala exhibición lo que impide que nuestro trabajo salga a la luz. Hay que cambiar la actitud ante el cine porque existen las condiciones para hacer buenas películas y que se vean afuera. No hablo de esta manera porque ahora tenga un éxito de taquilla; siempre lo he dicho: mis películas se han exhibido y están en devedé porque me he partido la madre porque he picado piedra y no me he instalado en el papel de víctima
, concluye.