Después de su fallida campaña presidencial en 2000 –dando paso al ascenso de George W. Bush al poder y su secuela bélica–, Al Gore se ha dedicado a investigar sobre el medio ambiente y a escribir libros de cómo impedir su deterioro; produjo también un documental que le significó un Oscar y su activismo le llevó a recibir el Premio Nobel de la Paz en 2007.

A unas semanas de la décima sexta Cumbre Mundial sobre el Calentamiento Global en Cancún, el demócrata irrumpió con un nuevo libro que advierte la necesidad de un acuerdo político como el instrumento más razonable para impedir la destrucción del planeta.

En su tercera obra sobre el tema, Gore ata el problema político a la capacidad de los científicos para generar un conocimiento cada vez más especializado sobre gases y materias del planeta. La tarea que los políticos tienen por delante en el esfuerzo histórico por resolver la crisis climática requerirá del uso innovador de cada nueva herramienta, especialmente las tecnologías cibernéticas y las comunicaciones satelitales.

El trabajo del vicepresidente estadunidense en tiempos de Bill Clinton (1995-2001) hace un inventario de las técnicas y las tecnologías que pueden servir para amainar el calentamiento, lo mismo para la industria que para las casas habitación.

Gore escribe con buena prosa, que se aprecia en una rigurosa traducción al español peninsular. Las fotografías (incluida una de Ixtapaluca, México, y otra de Villahermosa, Tabasco, inundada) y los gráficos, seleccionados por él, son un deleite visual.

Título: Nuestra elección: un plan para resolver la crisis climática

Autor: Al Gore

Editoriales: Océano-Gedisa

Número de páginas: 415