Piratería sin fronteras
omo entre nosotros con los narcocorridos, en Venezuela la Comisión Nacional de Telecomunicaciones ordenó no transmitir dos telenovelas: El Capo y Rosario Tijeras, que pasaban casi a la media noche. Ambas se programaron sin censura y en horario para espectadores de amplio criterio
en Colombia, su país de origen. Al igual que sus antecesoras Sin tetas no hay paraíso y El cártel de los sapos, tuvieron elevado rating y la piratería se encargó de venderlas por doquier. En El Capo, su autor, Gustavo Bolívar, recrea la vida de un poderoso narcotraficante que recuerda al sanguinario Pablo Escobar. Y en cuanto a Rosario Tijeras, se basa en el libro del mismo nombre y muy comentado de Jorge Franco, en el que narra la vida marginal de la protagonista, que termina convertida en sicaria.
La medida de suspender la transmisión fue aplaudida por los grupos que velan por la moral y las buenas costumbres de los venezolanos. En cambio ignoraron la dura crítica que en ambas telenovelas se hace del poder, la inseguridad, la injusticia, los políticos, la corrupción oficial y privada y los grupos responsables de combatir la delincuencia. En estos asuntos, Venezuela, Colombia y México cojean del mismo pie.
De que la piratería no tiene fronteras en eso de vender lo que el cliente pide lo comprueba el éxito que en Latinoamérica y Estados Unidos tienen El cártel... (de los soplones) y Sin tetas..., dos de las series de más venta en Tepito, que muestran el mundo familiar de los mafiosos, sus conectes con políticos, funcionarios, empresarios, policías, militares y paramilitares. Igualmente, lo pernicioso que resulta el sistema de testigos protegidos en boga en Estados Unidos y otros países.
Tampoco censurando en la radio los narcocorridos disminuyó la delincuencia y el río de muerte en México. Como afirman dirigentes de los grupos musicales más famosos del norte, ellos sólo son espejo de la realidad, de lo que siente, sufre y piensa la gente. Prohibidos en las emisoras, se convierten en éxito a través del cd.
Eso mismo, pero en dvd, seguramente ocurrirá con A serbian film, la película de Srdjan Spasojevic, programada para proyectarse en la semana del cine fantástico y de terror que cada año se celebra en San Sebastián, España. Un juez decretó provisionalmente no exhibirla por incurrir en un delito contra la libertad sexual, por sus escenas de sexo y violencia explícitos (desde pederastia y necrofilia hasta incesto y violaciones). El filme tuvo crítica favorable en otros festivales y, ante la prohibición, el público de San Sebastián le otorgó el premio a la libertad de expresión. No dude que pronto se venda en el mercado pirata ibérico, tan bien conectado con el de América Latina.