Intervino un aparador en Alemania para criticar una imagen romántica de mi país
un México en pedazos
Miércoles 24 de noviembre de 2010, p. a10
Wolfsburgo, Alemania. Con motivo del bicentenario de la Independencia de México, los mariachis que se han formado en Alemania, no paran de ofrecer conciertos.
El mariachi El Dorado, de Víctor Ibáñez, ha tenido muchas presentaciones.
En la ciudad de Wolfsburgo se ha presentado en un escenario inusitado: detrás de un escaparate de 14 metros de largo y si acaso medio metro de espacio para posicionarse con una gruesa vidriera de por medio.
El trompetista no encontraba la manera de hacer sonar su instrumento; Ala, violinista de El Dorado, estaba preocupada por las condiciones adversas para su instrumento, que data del siglo XIX, y la voz de Víctor Ibáñez apenas pudo ser escuchada.
Un mariachi en Alemania se contrata por alrededor de mil euros (17 mil pesos mexicanos). Los asistentes, muchos mexicanos residentes en Alemania a la espera del México lindo y querido, se quedaron con las ganas de cantar. La música del mariachi apenas pudo ser escuchada. Como fondo, una pared en colores grises y negros semejaba una polvareda donde con pedazos de madera se podía leer Celebrando 200 años del grito de Dolores
Serenata a Merkel
Cantando bajo la polvareda (Der Gesang unter der Staubwolke) es la propuesta artística de Francisco Montoya para cuestionar las celebraciones por el bicentenario. El joven artista mexicano acaba de concluir sus estudios en la Hochschule für Bildene Künste, en Braunschweig.
La escuela de arte de Braunschweig alberga como biblioteca el edificio que el arquitecto Ricardo Logorreta diseñó para la Expo Hannover 2000.
Respecto de su propuesta para cuestionar esos festejos, Francisco Montoya explicó: “Se trata de distanciar de su escenario habitual a un símbolo tradicional de la cultura mexicana, como es el mariachi, y en una ciudad alemana donde hay numerosa población mexicana relacionada con la automotriz Volkswagen.
“Cantando bajo la polvareda sofoca y enterarme de la campaña de celebraciones por el bicentenario me ha hecho pensar que se vende al extranjero una imagen romántica y bella de un país que en realidad se cae a pedazos.
“Para mí es una imagen falsa de México; por ello he intervenido este aparador, donde se exhiben productos para ser comercializados con colores lúgubres de fondo y al mismo tiempo con una iluminación en verde, blanco y rojo.
“El gobierno mexicano realiza una tarea similar vendiendo una imagen falsa de mi país; los colores fúnebres en Cantando bajo la polvadera tienen que ver con todas las vidas que ha costado la ola de violencia que se ha generado a raíz del enfrentamiento del gobierno mexicano con los cárteles del narcotráfico y la guerra entre éstos.”
El aparador que sirve de escenario al performance de Montoya es parte de las instalaciones de un antiguo balneario, el Hallenbad de Wolfsburg, que ha sido transformado en un moderno centro de arte y cultura.
Frank Rauschenbach, su director, comentó a La Jornada que esa propuesta estética del joven Montoya fue aceptada con agrado por su radicalidad y la discusión que se ha generado en torno a la situación de un país tan atractivo para los alemanes como es México.
Asimismo, armado con una guitarra, Francisco Montoya se plantó ante el Bundestag, el parlamento alemán en Berlín, para llevarle serenata a la canciller del gobierno alemán, Angela Merkel. La canción que eligió fue Tú y las nubes, de José Alfredo Jiménez