Antes de que se hiciera pública la compra, presuntamente irregular, de mobiliario para la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), diputados locales del PAN, PRD, PRI, PT y PVEM fueron desmesurados en demandar a la Oficialía Mayor de este órgano todo tipo de muebles y artículos, que van desde escritorios de cedro, cuadros de Benito Juárez y banderas grandes con asta hasta frigobares, pantallas de 40 pulgadas, sillones ejecutivos e incluso salas compuestas por love seat y sillones individuales.

En la copia de las 94 peticiones formuladas a esa unidad administrativa de la ALDF se advierte que desde principios de este año fueron continuas y constantes esas exigencias de mobiliario por los representantes populares, entre los que está la panista Lía Limón, quien primero pidió equipo y muebles para su oficina y módulo de atención ciudadana, y luego rechazó otros.

Los que aceptó sin decir nada quedaron asentados en dos oficios. En el DLLG/CTG/092/10, fechado el 9 de julio, pidió a la misma funcionaria de la que pidió su renuncia, María Lourdes (sic) Cedillo Rivas, tres reguladores No Breck (sic), un escritorio, dos ventiladores, un perchero y una impresora con cartucho láser printer. En el otro, del 11 de octubre, vuelve a demandar a la misma destinataria que enviara a su módulo de atención ciudadana, de la colonia América, en la delegación Miguel Hidalgo, una pantalla plana de 40 pulgadas marca Sony, un despachador de agua y un ventilador.

Otros legisladores que desde octubre del año pasado y hasta el mismo mes de 2010 han firmado oficios para reclamar mobiliario para sus oficinas son Juan Carlos Zárraga, Rafael Calderón, Fernando Rodríguez, Mauricio Tabe y Carlo Fabián Pizano, todos del PAN.

Esta relación de 94 solicitudes de 44 diputados es citada en el informe que, antes de dejar la Oficialía Mayor, elaboró María de Lourdes Cedillo Rivas. misma que entregó al Comité de Administración, a la Contraloría Interna y a la Comisión de Gobierno de la ALDF.

Como parte de su informe ejecutivo, Cedillo Rivas asegura que la compra de muebles se basó en un acuerdo de la Comisión de Gobierno del 9 de junio de este año, y que a su vez se sustentó en la petición elaborada por el Comité de Administración luego de su reunión del 18 de mayo de 2010. Añade que, según el Acuerdo sobre lineamientos generales de políticas administrativas para la ALDF, de 2009, dicha comisión deberá autorizar tales adquisiciones.

La funcionaria con licencia alega que la compra de mobiliario y equipo por 8 millones de pesos fue con las empresas que ofrecieron las mejores condiciones de precio, calidad y financiamiento para la Asamblea.

Dentro de las peticiones de los diputados están las del pevemista José Alberto Couttolenc, quien pidió un librero, un archivero y dos percheros de cedro; la de Emiliano Aguilar (PRI), con cuatro tablones y 50 sillas, y la de la perredista Edith Ruiz Mendicutti, quien requirió una sala love seat y dos sillones individuales.

En el texto, de apenas cuatro cuartillas, la funcionaria con licencia omitió indicar por qué se adquirieron los muebles y equipo a una empresa dedicada a la venta de artículos de video y fotografía. Tampoco hace énfasis en el aval que debería tenerse por parte del Subcomité de Compras de la ALDF. Resalta las excepciones que marca la norma interna para realizar adjudicaciones directas cuando no se considera necesario celebrar licitaciones públicas.