Sociedad y Justicia
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Debaten en EU prohibir la circuncisión
 
Periódico La Jornada
Lunes 22 de noviembre de 2010, p. 45

Los Ángeles, 21 de noviembre. Para algunos se trata de una tradición milenaria y para otros de mutilación. La práctica de la circuncisión se ha convertido en un candente tema de debate en Estados Unidos desde que un ciudadano de San Francisco lanzó una campaña para impulsar su prohibición en menores de edad.

La medida propuesta por Lloyd Shofield haría ilegal el procedimiento en el estado de California. De llegar a aprobarse la propuesta, aquellos padres que circunciden a un menor de 18 años cometerían un delito menor, que podría ser castigado con un año de cárcel y hasta mil dólares de multa.

Es mutilación genital. Es el cuerpo de un hombre y su cuerpo no pertenece a ninguna cultura, gobierno, religión, ni siquiera a sus padres. Es su decisión, argumenta Shofield.

La idea de cortar el prepucio se remonta a tiempos anteriores al Viejo Testamento. Los primeros en realizar el procedimiento fueron los egipcios, 2 mil 400 años antes de Cristo. Y aunque los expertos aún desconocen las motivaciones de esas prácticas, una de las teorías es que se trata de un ritual de transición a la adolescencia, equiparable a la menstruación de la mujer.

Los judíos defienden su tradición señalando que se trata de un mandato divino. Mauricio Tawil, judío no ortodoxo y médico cirujano que practica el ritual, cree que prohibirlo va en contra de todos los preceptos de una religión milenaria que ha realizado el ritual sin ninguna complicación por más de 5 mil años.

Circuncidar a los bebés varones a los ocho días de nacidos es una orden divina para el que cree en Dios, indica a la Dpa.

Tawil menciona los beneficios médicos de esta práctica higiénica: reduce el porcentaje de cáncer de cuello uterino en las mujeres y de pene en los hombres. Según un estudio, en algunos pueblos de África con porcentajes altos de contagio de sida, las mujeres de los hombres circuncidados mostraron menos riesgo de contagio que las de los que no circuncidados, afirma.

Su hijo, Eduardo Tawil, judío no practicante que tuvo temor antes de realizar el procedimiento a su propio hijo, señala: Es la única tradición judía que, por dolorosa que sea, practica mucha gente no religiosa, declara.

Tawil recuerda que cuando realizó el brit milah (como se denomina el ritual en el judaísmo) a su hijo, a los ocho días de nacido, el pequeño apenas abrió los ojos. No es algo cruel ni doloroso, a pesar de que el corpúsculo tiene millones de ramificaciones nerviosas por donde se corta. Tiene que salir una gota de sangre porque es la tradición.