En la celebración del Día Mundial en Recuerdo de las Víctimas de Accidentes de Tráfico, establecido por la Organización Mundial de la Salud en 2005 para el tercer domingo de noviembre de cada año, Arturo Cervantes, secretario técnico del Consejo Nacional para la Prevención de Accidentes (Cenapra) de la Secretaría de Salud (Ssa), informó que el gasto para atender las consecuencias de siniestros viales asciende a más de 120 mil millones de pesos anuales, monto suficiente para dar de comer durante un año a más de tres millones de niños.

Esta cifra incluye tres grupos de costos: los de atención médica (transfusiones, cirugías, etcétera), los materiales y administrativos (reparación de daños al vehículo, corralones, abogados) y los de productividad, partiendo de que se trata de la prime- ra causa de muerte en jóvenes de 15 a 29 años, lo que provoca la pérdida hasta de cuatro millones de pesos por cada persona fallecida.

Cervantes indicó que los accidentes de tránsito son la causa de 24 mil muertes al año, 40 mil discapacidades y más de tres millones de lesionados. En la mayoría de los casos, los accidentes son prevenibles.

El funcionario detalló que en el país ocurren cada año más de cuatro millones de accidentes viales, lo que equivale a 10 mil 950 percances diarios, alrededor de 457 por hora o 7.6 por minuto.

Cervantes demandó mayor presupuesto para la prevención, pues actualmente se destinan sólo 40 centavos por mexicano en promedio para educación vial, cuando en otros países, comparó, se invierten de dos a 37 dólares per cápita, además de que se trata de inversiones sostenidas durante varios años.

Subrayó la importancia de crear un organismo nacional que vele por la seguridad vial, pues hay cientos de reglamentos dispersos, lo que provoca falta de control nacional en la materia.

Explicó que el organismo propuesto requeriría de una inversión sostenida y sugirió que ésta podría garantizarse recurriendo al mecanismo de otros países para allegarse recursos:

En otras naciones el seguro contra daños a terceros es obligatorio y un porcentaje de los seguros se aplica para financiar actividades de promoción de la cultura vial. Si tenemos 35 millones de vehículos, de ahí podrían salir los recursos, dijo.