Opinión
Ver día anteriorLunes 22 de noviembre de 2010Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Otro descalabro
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al empieza la semana a quien ahorcan en lunes. Se puede decir que algo parecido le sucedió al presidente Barack Obama la semana pasada. En casa, su partido perdió las elecciones en forma abrumadora. En Europa fue rechazada su propuesta para salvar la economía mediante la ampliación del déficit en la reunión de los 20 países cuyas economías son las más grandes del orbe. Se acusó a los EU de intentar devaluar el dólar para volver más competitivas las exportaciones estadunidenses después de que la reserva federal anunció que inyectaría 600 mil millones de dólares para solventar la crisis económica. Falló en su propósito de firmar un acuerdo de libre comercio con Corea del Sur. En China fue rechazada su propuesta para que su moneda, el renmibi, se revalúe y de esa forma equilibrar la injusta competencia de las exportaciones de ese país a EU. La culminación de sus problemas se presentó cuando, después de acordar la ampliación del tratado de reducción de armas (START) con el presidente ruso, Dimitri Medvedev, al llegar a casa un senador republicano declaró que es prematura la ratificación de ese acuerdo por parte del Senado. Cada uno de esos hechos merece un comentario por separado; por ahora vale la pena describir las consecuencias de este último.

Uno de los pretextos para incrementar el arsenal nuclear en EU durante la guerra fría fue la necesidad de mantener el equilibrio en la carrera armamentista con la Unión Soviética. De esa forma se explicaba y justificaba la idea de la doctrina de contención en la carrera armamentista.

El mundo siempre estuvo al filo del desastre esperando que algún desquiciado en esos países se le ocurriera iniciar un desastre nuclear en un arranque de paranoia e histeria. El mejor ejemplo gráfico de ello es la película de Stanley Kubrick Dr. Strangelove en la que se encadenan una serie de eventos tragicómicos cuyo desenlace es precisamente el holocausto nuclear. Por ello, cuando a la caída del régimen soviético se iniciaron las pláticas de distensión para reducir el arsenal nuclear, hubo un justificado respiro en todo el mundo.

EU ha insistido en el desarme nuclear de países como Irán y Corea del Norte, y fue el pretexto que George W. Bush usó para invadir Irak. Llama la atención que uno de los senadores republicanos de más alta jerarquía en el comité de asuntos judiciales diga que por ahora es precipitado ratificar el compromiso firmado por los presidentes estadunidense y ruso. El asunto no pasaría de ser una más de las operaciones obstruccionistas contra la administración de Obama, el problema es que ahora le será difícil a EU exigir a Irán y Corea del Norte, entre otros, que se sometan a un tratado similar, cuando los estadunidenses son incapaces de sujetarse a las reglas que exigen a otras naciones. La conclusión es que en su necedad por dañar a la administración actual, a algunos conservadores no les importa dañar también las relaciones externas de su país.