Durante el concierto nocturno para conmemorar el revolucionario 20 de noviembre, Enrique Patrón Rueda conformó, con la participación de los asistentes, una multitudinaria orquesta que cimbró la renovada sala principal del Palacio de Bellas Artes.

El concierto de música mexicana ofrecido la noche del sábado en el contexto del centenario de la Revolución, el segundo evento tras la reinauguración del recinto, fue un recorrido a través de canciones de emblemáticos compositores nacionales.

Ante una sala casi llena, la Orquesta de Cámara, el coro de Madrigalistas y el ensamble de solistas de Bellas, acompañados por ocho cantantes de ópera, engalanaron el recital.

La alegría y la festividad fueron guiadas por el director de orquesta Enrique Patrón Rueda, quien con una mano atendía a los músicos y con otra dirigía al público, que aplaudía o cantaba las melodías al ritmo de sus señales.

Patrón se dio el gusto de dirigir y al mismo tiempo zapatear en la interpretación de Guadalajara, mientras los espectadores entonaron felices las mexicanísimas canciones, de vez en cuando se escucharon los gritos de viva México, como México no hay dos y los silbidos mariachescos.

La velada se inició a las 20:30 horas y terminó después de las 23, debido a que el público hizo regresar en cuatro ocasiones al elenco que encabezaron las sopranos Olivia Gorra y María Alejandres, las mezzosopranos Encarnación Vázquez y María Luisa Tamez, además de los barítonos José Luis Duval y Alan Pingarrón, el barítono Jorge Lagunes y el bajo Rosendo Flores. En la noche revolucionaria los músicos, cantantes y coros interpretaron Bésame mucho, Te he de querer, Flor de azalea, Despedida, Serenata huasteca, Granada, Sabor a mí, Alejandra, además de un popurrí de danzas del compositor Juventino Rosas; La vida no vale nada, de José Alfredo Jiménez, Pompas ricas y La norteña, de Eduardo Vigil, y Robles y canciones, de Manuel M. Ponce y de Jorge del Moral.

Tampoco faltaron las interpretaciones de Amanecí otra vez y Paloma querida, de José Alfredo Jiménez; Noche de ronda y Veracruz, de Agustín Lara, y Dime que sí, de Alfonso Esparza Oteo, interpretada de forma emotiva y multitudinaria.

Júrame, de María Grever, fue interpretada por todo el elenco artístico.

Tras nutridos aplausos, Rueda Patrón regresó tres veces al escenario para dirigir Borrachita, México lindo y querido, Guadalajara y Un viejo amor. La gente salió del recinto alegre por haber escuchado canciones mexicanas con música de cámara y cantantes de ópera, que mostraron la calidad de su voz el día que se festejó el centenario de la Revolución.