El Diccionario de Mexicanismos tiene todas las locuciones del país
Lunes 22 de noviembre de 2010, p. a11
“El eje central que estructura el léxico del mexicano es el sexo, un sexismo machista, otro es la muerte –además de que con mucha frecuencia la muerte y el sexo van juntos–, y un tercer eje es la preferencia del hablante mexicano por aminorar y muchas veces eludir la responsabilidad de una acción o situación”, explicó la lingüista Concepción Company, en la presentación del Diccionario de Mexicanismos, este domingo en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.
Los hispanohablantes tenemos mucho que compartir y mucho que nos hace únicos y diferentes. Confirmación de ello es la más reciente edición del Diccionario de Mexicanismos, “que nos permitirá apreciar la relación entre nuestra cultura, la lengua y las expresiones de nuestra idiosincrasia; así como saber quiénes somos, cómo somos y por qué hablamos y nos comportamos lingüísticamente de una determinada manera’, detalló Company, responsable de la investigación y coordinación del volumen.
Elaborado por la Academia Mexicana de la Lengua y publicado por Siglo XXI Editores y el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, a diferencia de otros diccionarios de mexicanismos de autoría individual; este trabajo es una investigación de más de tres años con un equipo de lexicógrafos especialistas .
Integrado por casi 12 mil voces y más de 18 mil 500 acepciones, por primera vez se plasman, definen y ejemplifican en un diccionario todas las facetas del léxico y locuciones urbanas que los mexicanos empleamos de manera cotidiana, en todos sus niveles y ángulos sociolingüísticos, desde los más cultos y generales, hasta los más populares, desde los más formales y distanciados, hasta los más íntimos y afectivos
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¡Aguas!, chido, híjole, simón, ese, calentadita, güey, ah chingá-chingá, ruco, ¡madres!, acostón, bajita la mano, apapachar, cábula, coperacha, ¡puta madres!, prángana, sape, talacha, agarrar en cuerva, sentirse muy salsa, son sólo algunas de las miles de voces y acepciones que se pueden encontrar en este nuevo diccionario, registradas en distintas áreas geográficas del país, “aunque la zona fundamental que registra es el altiplano central y Distrito Federal, por concentrar la mayor parte de la población.
El Diccionario de Mexicanismos, es de uso y no normativo. Es una obra diferencial frente al español ibérico y americano; y aunque se han integrado cientos de indigenismos que sí son mexicanismos, como itacate, molcajete, chapopote y chingar, no es un diccionario de indigenismos
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Tres son las bases que encontrará el usuario de esta obra, apuntó la especialista. El eje central que estructura el español de México es sin duda el sexo, un sexismo machista. Hay por ejemplo más de 200 denominaciones de pene, pero no llegan a 30 las denominaciones para el órgano sexual femenino. Las voces madre y chingar, en todas sus acepciones, positivas y negativas, en sus riquísimos campos semánticos y gramaticales, son igualmente manifestaciones de ese gran eje cultural sexual
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Otro eje es la muerte. Colgar los tenis, bailar las calmadas, chupar faros, petatearse, son algunas de las expresiones para nombrar el fallecimiento. Aunque con frecuencia, la muerte y el sexo van juntos, pero no revueltos. Por ejemplo, darlas es morirse, pero también acceder a una petición sexual: ya las dio, echarse a alguien, se refiere al sexo y a la muerte simultáneamente
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Otro eje, señaló la especialista, es la preferencia del hablante mexicano por aminorar y muchas veces eludir la responsabilidad de una acción o situación. Ningún mexicano en sus cabales dira: rompí el jarrón, sino se me rompió el jarrón, inclusive preferirá la despersonalización: se rompió el jarrón. Como evidencia para eludir cierta responsabilidad o un posible enfrentamiento existen numerosos mexicanismos del tipo: dar el avión, navegar con bandera de pendejo, hacerse que la virgen te habla, por ejemplo
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