Concluye la Cumbre Monterrey 2010, Congreso Internacional de Biotecnología
Exponen resultados de estudios para el tratamiento de la insuficiencia cardiaca por distrofia muscular y el lupus eritematoso, realizados en la Universidad de Evry, lo que levantó polémica
Viernes 19 de noviembre de 2010, p. 2
Monterrey, NL., 18 de noviembre. Desde 2005 se realizan en Francia investigaciones con células troncales embrionarias para el tratamiento de enfermedades como la insuficiencia cardiaca causada por distrofia muscular y algunas autoinmunes, como el lupus eritematoso. Los ensayos clínicos están en curso y muy pronto se tendrán los primeros resultados concretos, señaló Christelle Monville, profesora de la Universidad de Evry, Francia.
Los trabajos de investigación básica y de laboratorio que se han realizado con ratas han dado resultados alentadores hasta ahora, en cuanto a la seguridad de los procedimientos de implantación de células embrionarias, señaló.
La presentación de la especialista en la bioCumbre Monterrey 2010, Congreso Internacional de Biotecnología, dejó claro que el rechazo de algunos sectores hacia este tipo de trabajos científicos, carecen de razón de ser. Así lo plantearon los investigadores Rubén Lisker, del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, y Juan Pedro Laclette, coordinador del Foro Consultivo Científico y Tecnológico. Este último resaltó que cuando en 2004 se propuso el proyecto de ley para regular la investigación con células madre, provocó un amplio debate en el que se oyeron todas las voces y en todos los tonos.
En cambio, la legislación se revisó hace un par de meses y la discusión prácticamente pasó inadvertida, porque la sociedad ya percibió que los investigadores están trabajando, buscan procedimientos para el tratamiento de diversas enfermedades y no están haciendo ni les interesa hacer locuras
, enfatizó Laclette.
Lisker destacó que trabajos de este tipo también se llevan a cabo en Estados Unidos –sin recursos gubernamentales–, Australia, Brasil, Canadá, Colombia, España, Finlandia, Israel, Italia y Japón, entre otros, mientras en México es alto el riesgo de un retroceso en esta materia.
Se refirió al proyecto de ley de reproducción asistida, pendiente de dictamen en la Comisión de Salud del Senado, el cual pretende limitar mediante cálculos matemáticos la estimulación de óvulos y la obtención de no más de tres embriones para los procedimientos de fertilización in vitro.
Entre otros aspectos, la propuesta presentada por el senador Ernesto Saro señala como obligatorio la utilización de los embriones obtenidos y cancela la posibilidad de congelación de los sobrantes o, eventualmente, que se pudieran utilizar en investigaciones científicas para el tratamiento de enfermedades.
La investigación con células troncales embrionarias trajo al Congreso de Biotecnología –que organizó Luis Eugenio Todd, coordinador del Instituto de Ciencia y Tecnología del gobierno de Nuevo León– y que hoy concluyó, la polémica sobre el momento en que se inicia la vida humana. Con la finalidad de destrabar la discusión que siempre se ha dado entre científicos y grupos conservadores apegados a los criterios religiosos, Lisker propuso que con el mismo criterio que se determina la muerte de una persona –por la existencia o no de funcionamiento del sistema nervioso central– también se acepte que la vida comienza cuando se registra actividad cerebral, lo que ocurre en la semana 25 a 29 de gestación.
Posturas conservadoras niegan posibilidad de cura
Indicó que la presunta falta de ética que se atribuye a quienes defienden esta tesis, aplica mejor para señalar a aquellos que con su postura conservadora niegan a miles de personas afectadas por males incurables, la posibilidad de recuperar la salud y sobre todo, conservar la vida.
En este tema, dijo, lo que hace falta es que no existan restricciones ni persecuciones contra los investigadores.
Christelle Monville explicó que las investigaciones francesas se realizan con embriones que no se utilizan en procedimientos de reproducción asistida, con el consentimiento de los padres, y embriones de abortos.
Refirió algunos de los avances obtenidos en su trabajo de investigación para el tratamiento de la distrofia muscular, padecimiento genético que afecta a uno de cada tres mil 500 niños. Se caracteriza por la carencia de una proteína (distrofina), lo que ocasiona la muerte de las células musculares, incluido el corazón.
Explicó que las células embrionarias se trasplantan en el corazón a fin de que, dada su capacidad de reproducción y diferenciación, contribuyan a restituir las áreas dañadas del músculo.
Todavía se requiere tiempo para comprobar los beneficios de la técnica, pero lo importante, puntualizó Lisker, es que se permita a los investigadores hacer su trabajo.