El gobierno mexicano rechazó de manera categórica y firme, las declaraciones que formuló el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega Saavedra, en su discurso que pronunció el sábado pasado sobre el diferendo limítrofe con Costa Rica, informó la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) mediante un comunicado. Destacó que remitió una nota diplomática de protesta a las autoridades nicaragüenses.

La protesta del gobierno mexicano se produjo a raíz de una resolución de la OEA sobre una presunta invasión de tropas de Nicaragua a la isla de Calero, que Costa Rica considera parte de su territorio; por 21 votos, el organismo solicitó que de manera inmediata Nicaragua se retire y proceda el diálogo bilateral entre ambas naciones en disputa. Daniel Ortega calificó la votación de manipulada, mañosa, mentirosa y [constituye] una conspiración.

El mandatario lamentó que que Colombia, México, Panamá, Honduras y Guatemala, países infestados por el narcotráfico, hicieran causa común en favor de la resolución.

Ortega incluso expresó que contempla retirarse del organismo hemisférico porque ha perdido toda credibilidad, a raíz de la resolución que obliga a su país a retirar sus fuerzas armadas de Costa Rica.

Al debatirse en la OEA el diferendo San José-Managua, algo inusual en el organismo, donde las resoluciones se toman por consenso, hubo de recurrirse a una votación, en la que sólo dos países votaron en contra: Venezuela y Nicaragua.

La cancillería informó que la OEA se pronunció sobre ese asunto con base en un informe del secretario general del organismo, luego de una visita a los países involucrados, a invitación de los respectivos jefes de Estado.

México, al igual que la abrumadora mayoría de los estados miembros de la OEA, conminó a las partes a resolver, por la vía del diálogo, su diferendo. La resolución se aprobó por 21 votos a favor, dos en contra y tres abstenciones.

México, subrayó la cancillería, apoyó el texto aprobado debido a que insta de manera expresa a que las partes revisen y refuercen los mecanismos de cooperación entre las dos naciones para prevenir, controlar y enfrentar el tráfico de drogas, el crimen organizado y el tráfico de armas en la zona fronteriza.

Abunda el comunicado de la SRE que esa posición guarda absoluta congruencia con la determinación del presidente Felipe Calderón y de las instituciones del Estado mexicano para confrontar a la delincuencia organizada, que es ampliamente reconocida por la comunidad internacional.

Recuerda Relciones Exteriores que desde que se generó el conflicto México ha mantenido estrecho contacto con ambos gobiernos amigos y ha reiterado su disposición a contribuir al diálogo y ofreciendo, incluso, que las pláticas pudieran desarrollarse en este país.

México, dijo, expresa su preocupación por que un país envíe elementos de sus fuerzas armadas a un territorio que otra nación reclama como propio y que, por tanto, está en disputa. Esto es particularmente grave tratándose de un país que, en su acreditada vocación pacifista y tradición democrática, ha decidido no tener ejército o fuerza armada de ningún tipo.

México, junto con varias naciones de la región, explora alternativas diplomáticas, anotó el comunicado.