Perspectiva poselectoral
uál es el panorama al que se enfrentan los trabajadores migratorios después de la debacle demócrata en las pasadas elecciones? No sólo porque éstos perdieron la mayoría en la Cámara de Representantes y las gubernaturas de 23 estados de los 35 que estaban en disputa, sino por los resultados en las legislaturas estatales (diputados y senadores), en la mayoría de las cuales los republicanos también arrollaron.
Los dos estados en los que se concentra el mayor número de trabajadores migratorios son California y Texas. En California los demócratas ganaron el gobierno y la legislatura estatal. En Texas los republicanos ganaron en ambas contiendas. El gobernador electo de California advirtió en un debate previo a las elecciones que le parecía inmoral contratar trabajadores indocumentados cuando eran necesarios y deportarlos cuando ya no lo eran. Insistió en la necesidad de una reforma migratoria amplia. El gobernador de Texas, relegido por otros cuatro años, ha insistido en que primero es necesario militarizar la frontera para proteger al estado del ingreso de indocumentados y del crimen organizado y después hablar de una posible reforma migratoria.
En California los demócratas son mayoría en el Congreso estatal y se han manifestado por una reforma migratoria amplia. En Texas los republicanos son mayoría y han secundado al gobernador en su propuesta de primero sellar
la frontera y luego hablar de reforma migratoria.
El asunto en el ámbito nacional también está dividido. El Ejecutivo y el Senado, donde los demócratas siguen siendo mayoría no obstante haber perdido seis escaños, han insistido en la necesidad de una reforma migratoria amplia. Los diputados republicanos, que ahora serán mayoría, han prometido endurecer las medidas contra los trabajadores indocumentados.
En varios estados en los que triunfó el Partido Republicano en la gubernatura y el Congreso local se habla ya de emular la ley Arizona, aunque casi no existan trabajadores indocumentados, como Wisconsin y Utah.
Así las cosas, la posibilidad de una reforma migratoria estará más partidizada
que nunca y muy probablemente atorada una vez más; el clima antimigrante subirá de temperatura, más aún porque en situación de crisis económica los chivos expiatorios son los trabajadores indocumentados y con ellos sus familias.
Es posible que el Partido Republicano trate de ganar votos entre la comunidad latina, y por ello piense dos veces antes de oponerse a una reforma. El problema es que en ese partido triunfaron las fuerzas más conservadoras, que representan la mayor oposición a los trabajadores migratorios, documentados o no. Así las cosas, no queda mucho margen para especular.