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El topo Scherbakov correrá igual suerte que Trotsky: Kommersant

Un desertor ruso fue quien delató en julio a 10 espías expulsados de EU
Corresponsal
Periódico La Jornada
Viernes 12 de noviembre de 2010, p. 25

Moscú, 11 de noviembre. Aún no concluye la investigación sobre el fracaso de los 10 espías rusos detenidos y expulsados de Estados Unidos, que fueron intercambiados en julio pasado por cuatro ciudadanos de este país, pero hoy se supo el nombre del traidor que los entregó y no se excluye que, al término de las pesquisas, rueden cabezas importantes en el Servicio de Inteligencia Exterior (SVR, por sus siglas en ruso).

Fue una traición y los traidores siempre terminan mal, ya sea por el alcohol o las drogas, tirados en la cuneta, dijo unos meses atrás el primer ministro Vladimir Putin, pero no reveló un nombre.

Identificado como coronel Scherbakov, sin poner el nombre de pila, el diario Kommersant, tras meses de recabar datos, publica este jueves que fue quien proporcionó a Estados Unidos a los miembros de la red de espías.

Scherbakov era, ni más ni menos, el director de la sección estadunidense del Departamento S (a cargo de los nie legaly, como se conoce en el argot del espionaje ruso a los infiltrados con identidad falsa y sin protección diplomática) y huyó a Estados Unidos, tres días antes de que el presidente Dimitri Medvediev iniciara una visita oficial a Washington.

Con su fuga, Scherbakov puso en una situación muy delicada a la Casa Blanca, que no quería echar a perder la primera visita del mandatario ruso a Barack Obama y esperó hasta que el huésped abandonó su territorio para anunciar, apenas unos días después, la detención de los espías.

Sabemos quién es y dónde está. No tenga ninguna duda: ya enviaron por él a un Mercader, comentó al periódico una fuente de la oficina de la presidencia rusa, en alusión a Ramón Mercader, agente soviético que en 1940 asesinó en México a León Trotsky.

La investigación que lleva a cabo el SVR puso de relieve errores garrafales, que pueden costarle el cargo a varios altos funcionarios del Servicio, incluido su actual director, Mijail Fradkov.

De manera incomprensible para un funcionario con acceso a información sensible, como Scherbakov, la hija del traidor lleva varios años viviendo en Estados Unidos y su hijo, que trabajaba para el Servicio Federal de Lucha contra el Narcotráfico, salió de Rusia con destino a territorio estadunidense a pocos días de que estallara el escándalo.

El propio Scherbakov, un año antes de los hechos, declinó ser ascendido en el SVR, con lo cual –presumiblemente– evitó tener que pasar por el detector de mentiras, asegura el diario.

Según Kommersant, Scherbakov desempeñó un papel decisivo en desenmascarar al espía más experimentado, Mijail Vasenkov, de quien se dice tiene rango de general del SVR y en los 80 fue condecorado con el título de Héroe de la Unión Soviética por sus servicios.

Vasenkov, que se presentaba como Juan Lázaro, dejó de negar que fuera un espía ruso y dijo su verdadero nombre cuando Scherbakov apareció en la habitación donde era interrogado con su dossier, información ultrasecreta que nunca debió salir de Rusia y denota otra grave falta de altos responsables del Servicio de Inteligencia Exterior.