El titular de la OEA se reunió con los presidentes de ambos países
Domingo 7 de noviembre de 2010, p. 27
Managua, 6 de noviembre. Nicaragua y Costa Rica mantuvieron inalterables sus posiciones de no ceder respecto al diferendo fronterizo que estalló el pasado 21 de octubre, luego de que el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, sostuvo hoy sendas entrevistas con los gobernantes de ambos países.
Al iniciar una misión mediadora, Insulza se reunió el sábado por la mañana con la presidenta costarricense, Laura Chinchilla, quien le pidió transmitir a su colega Daniel Ortega que Nicaragua abandone el territorio costarricense
en el sector de isla Calero, que las autoridades del vecino país también reclaman como suyo.
Por la noche, Ortega recibió a Insulza y propuso por su conducto a Costa Rica formar una comisión bilateral para delimitar bien sus fronteras, conforme a los tratados y laudos vigentes hace más de un siglo, para resolver el conflicto limítrofe que afrontan desde hace un par de semanas.
En rueda de prensa conjunta con Insulza previo a su partida a Managua, Chinchilla advirtió que si el sistema interamericano no logra resolver su disputa con Nicaragua, llevará el caso al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, y reiteró que no acudirá a la cita de una comisión binacional prevista para el 27 de noviembre mientras los soldados nicaragüenses permanezcan en su territorio.
La gobernante se mostró convencida de que las evidencias
presentadas a Insulza sobre los derechos que corresponden a su país en el territorio en disputa, en la margen derecha del río San Juan, son contundentes
y debería bastar con eso
para que se termine el diferendo. Defendió la vocación pacifista
de Costa Rica porque dijo confiar en el derecho internacional.
Ortega, quien aceptó recibir a Insulza como mediador para encausar el conflicto por la vía del diálogo, advirtió el miércoles pasado cuando Costa Rica denunció la invasión
nicaragüense ante el organismo regional que la OEA no tenía competencia para dirimir un problema limítrofe.
La agenda de Insulza se desarrollaba con hermetismo, pero de entrada Nicaragua rechazó los cargos de San José y dijo que no retirará las tropas de su propio territorio. Ortega dejó claro que el límite fronterizo es cosa juzgada
e insistió que si Chinchilla no respeta los trazos fijados hace más de un siglo, llevará el caso ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya, Holanda.
Insulza afirmó que en las reuniones que sostuvo con Chinchilla y después con Ortega, no percibió que exista un espíritu de confrontación
y elogió el clima de paz que ahora reina en la región
centroamericana.
El tribunal de La Haya ventiló en julio de 2009 un conflicto de navegación entre Nicaragua y Costa Rica por el río San Juan, en que confirmó el dominio de Managua sobre el importante caudal que desemboca en el Caribe y que ha mantenido enfrentadas a las dos naciones desde hace más de un siglo. Ahora el diferendo es por un inhóspito pedazo de tierra de 151 kilómetros cuadrados en el sector de la isla Calero.
Nicaragua sostiene que la porción territorial que los costarricenses llaman isla Calero no es más que la isla Harbour Head, territorio que les pertenece según laudos internacionales.