Milán. El brasileño Alexandre Pato, estrella juvenil del Milán, confesó que el deseo de jugar futbol lo salvó cuando era pequeño. El ariete estuvo a punto de perder un brazo a consecuencia de un tumor óseo, pero le fue extraído a tiempo. No era incurable, no corrí el riesgo de morir, pero si no hubiera sido operado a tiempo, ahora no podría hacer lo que más me gusta: jugar futbol, contó el delantero, quien participa en la jornada para recaudar fondos para la investigación contra el cáncer. Una palabra que carecía de significado para Pato cuando era niño, pero entendía que algo no andaba bien, no sabía qué cosa me habrían hecho, qué riesgo corría. Luego de la intervención, gracias a una cirugía gratuita, pasó una temporada en rehabilitación con una sola cosa en mente: el balompié.