Organizaciones sociales y de académicos buscan modificar la percepción sobre los migrantes existente en los países receptores de esta fuerza de trabajo y demostrar que ese flujo les beneficia, pues gracias a él sus economías han podido crecer y han fondeado prestaciones sociales, como en Estados Unidos, donde, de no existir esta mano de obra foránea, uno de cada cuatro trabajadores en retiro se quedaría sin pensión.

Raúl Delgado Wise, investigador de la Universidad de Zacatecas, precisó que la migración representa un subsidio para los estados receptores, mientras los emisores se ven seriamente afectados: México ha perdido 50 por ciento de su fuerza de trabajo, es decir, ha transferido a Estados Unidos el bono demográfico, que es lo que debería sostener a nuestros ancianos y niños.

En el foro Acción Global de los Pueblos sobre Migración, Desarrollo y Derechos Humanos, que se realiza en el ex convento de San Hipolito, el especialista advirtió que se ha detectado despoblamiento en 50 por ciento de los municipios, lo que constituye un foco rojo para el desarrollo nacional.

Delgado Wise destacó que es necesario cambiar la percepción sobre los migrantes en las naciones receptoras, pues está totalmente distorsionada, lo que opera como elemento importante de las posiciones xenófobas y criminatorias, que han convertido a estas personas en enemigo público.

Para modificar esa imagen –dijo– se requiere visibilizar las causas de fondo del problema y las contribuciones de la migración a los países de destino, con indicadores que lo sustenten. Por ejemplo, de 2000 a 2008, los trabajadores foráneos aportaron 30 por ciento del crecimiento del PIB logrado en Estados Unidos.

También señaló que de 1994 a 2008, para la reproducción de la fuerza laboral que emigró, México invirtió el doble de las remesas que recibió. Puntualizó que la migración es un subsidio de los mexicanos a Estados Unidos que no se reconoce. Es una transferencia muy importante de recursos –además muy valiosos– pues, por ejemplo, la mitad de la comunidad científica nacional se encuentra en aquella nación.

Dijo que se han restructurado los sistemas de innovación y la mayoría de las patentes vienen de inmigrantes del sur de Estados Unidos, de manera que la capacidad científica está en el sur al servicio del norte, y en contra nuestra. En suma –advirtió–, sin la contribución de los migrantes, la economía de Estados Unidos se vendría inmediatamente abajo.

Recordó que Estados Unidos requiere anualmente un millón de trabajadores que no tiene, y reconoció que va a ser complicado y a largo plazo modificar la percepción que allá se tienen sobre la migración. Se requieren expertos en comunicación para decir a los estadunidenses, por ejemplo, que si no hay migrantes uno de cada cuatro de ellos se va a quedar sin pensión.