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El concierto 200 Mil Revoluciones se realizó antenoche en la Alhóndiga de Granaditas

México vive una violencia extrema como la de Colombia en los años 80, dice vocalista

El rock regresa a la programación del Festival Internacional Cervantino

Enviado
Periódico La Jornada
Miércoles 3 de noviembre de 2010, p. 4

Guanajuato, Gto., 2 de noviembre. La de México es hoy día la misma realidad que imperó en Colombia en los años 80 del siglo pasado, en lo que concierne a la extrema violencia, consideró este lunes la cantante Andrea Echeverri, integrante de Aterciopelados.

Me da una tristeza total (lo que ocurre aquí), sobre todo porque veo las similitudes con mi país. Toda esta crisis por el narcotráfico sucedió en Colombia hace un rato, pero nosotros seguimos matándonos los unos a los otros, lo cual es muy triste y terrible.

De visita en Guanajuato, para participar la noche del martes en el concierto 200 Mil Revoluciones, con el cual el rock regresa a la programación del Festival Internascional Cervantino (FIC), la cantante sudamericana consideró que cada persona, desde la trinchera de su oficio o profesión, debe involucrar a las nuevas generaciones para combatir los males que nos afectan como individuos y sociedad, entre ellos la violencia y la falta de respeto a los derechos humanos, así como a la ecología.

Desde nuestro lugar, lo que hacemos como grupo es escribir canciones en contra de la violencia, agregó Echeverri, quien en dicha tocada, que tuvo lugar en la explanada de la Alhóndiga de Granaditas, compartió foro con el grupo chileno Los Bunker, el compositor, cantante y bajista argentino Pedro Aznar y los músicos mexicanos Meme y Quique, de Café Tacvba.

“Pensamos que la guerra no es cuestión sólo de señores con pistolas, sino que hay algo de violencia en cada uno de nosotros y debemos empezar (a erradicarla) desde la casa.

Las cifras de violencia intrafamiliar son increíbles, el abuso hacia menores son de esas cosas que no caben en la cabeza, prosiguió la cantante.

Es urgente abordar y conversar ese tipo de temas, porque todos tenemos que empezar a buscar la paz aquí, en el corazoncito, para que eso empiece a amplificarse.

En rueda de prensa efectuada antes de su actuación, la integrante de Aterciopelados consideró imposible delimitar si dentro del rock latinoamericano prevalece esa conciencia social que lo vio nacer hace ya varias décadas.

“Puedo hablar –prosiguió Andrea Echeverri– a manera personal: Aterciopelados desde hace mucho rato escogió un camino en el que el mensaje es muy importante.

“De hecho, hicimos una canción en Oye, nuestro anterior disco, que se llama Canción protesta, un homenaje a Víctor Jara, Violeta Parra, Bob Marley, Alí Primera, Bob Dylan, John Lennon, una larga lista de músicos cuyo lirismo e intención estaban dirigidos a despertar la conciencia y precipitar cambios que cada vez se necesitan más”, señaló.

Al borde de la catástrofe

“Uno siente –dijo Echeverri– que el planeta cada vez tiene más crisis y estamos al borde de la catástrofe a escala ambiental, de derechos humanos, de la mujer, la cual está en posiciones lamentables. Entonces, definitivamente cada vez hacen más falta esas voces que ayuden a que esos cambios empiecen a suceder.”

Al respecto, Álvaro Durán, de Los Bunker, coincidió en señalar que la música, en particular el rock, es una voz de conciencia.

Asumió que a diferencia de generaciones pasadas, en particular la de las décadas de los 60 y 70, la actual se encuentra inmersa en la inacción. Los jóvenes viven un momento o están inmersos en una sensación de hartazgo más que de acción. Eso responde a lo que la política en su tiempo, en cada uno de sus momentos, ha intentado responder y no ha logrado, dijo.

Quizá la respuesta sea otra. Nosotros nos dedicamos a la música y creo escuchándola en casa o traspasándola de padres a hijos se hace una labor gigantesca. El problema es crear nuestra conciencia desde la base, desde la familia, desde cada uno, y así quizá puedan cambiar las cosas.

Afirmó que la juventud actual está en un momento de querer moverse, pero dijo desconocer si ese sector social quiere o está dispuesto a creerle a alguien.

Siempre habrá algo en qué creer, pero creerle a alguien, a una bandera o a un tipo que se para en algún lugar a gritar contra el viento, no sé si ellos estén dispuestos. En ese sentido, los jóvenes de los años 60 también cayeron en ingenuidades.

200 Mil Revoluciones se efectuó a principios de año en Chile, para conmemorar el bicentenario de la independencia en aquel país, Argentina, Colombia y México.