Los olvidados, nombrada por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura parte del registro de la memoria del mundo, será proyectada en el Auditorio Nacional tal como fue exhibida en el festival de Cannes en 1951. Con la proyección de esta copia, cuya restauración culminó este año, se inaugura la 52 Muestra Internacional de Cine.

Cuando la cinta de Luis Buñuel fue estrenada, hace 60 años, recibió duras críticas en México: la acusaban de denigrar al país. Pero tras su exitoso recibimiento en Cannes cambió la percepción.

Octavio Paz, entonces embajador en París, siempre defendió la cinta; la describió como un retrato de la mitad oscura del hombre.

“¿Es necesario repetirle que estoy orgulloso de luchar por una película como Los olvidados?”, le escribió a Buñuel en una carta fechada en Cannes el 11 de abril de 1951.

Estaba en el festival como delegado gubernamental, y en ese papel promovió la cinta. “Ayer presentamos Los olvidados. Creo que la batalla con el público y la crítica la hemos ganado. Mejor dicho, la ha ganado su película. No sé si el jurado le otorgará el Gran Premio. Lo que sí es indudable es que todo el mundo consideraba que –por lo menos hasta ahora– Los olvidados es la mejor película exhibida en el festival.” Terminó obteniendo el premio a la mejor dirección.

Así le describe la función: Ayer el teatro estaba lleno como en sus mejores días. Algo iba a pasar. Distribuimos a nuestros amigos estratégicamente. Pero no hubo batalla.

Le cuenta que “el público aplaudió varios fragmentos: el del sueño, la escena erótica entre El Jaibo y la madre, la del pederasta y Pedro, el diálogo entre Pedro y su madre, etcétera. Al final, grandes aplausos. Pero sobre todo, una profunda, hermosa emoción. Salimos, como se dice en español, con la garganta seca. Hubo un momento –cuando El Jaibo quiere sacarle los ojos a Pedro– que algunos sisearon. Fueron callados por los aplausos”.

También le informa que “hay incomprensiones: los refinados, algún grupo comunista (esto último no lo puedo asegurar, aunque me dicen que Sadoul encontró el filme demasiado negativo e inutilizable)”.

Acerca de qué se comentó, le dice: “Prévert declaró que era la mejor película que había visto en los últimos 10 años. Cocteau citó a Goethe, quien había afirmado que el mejor músico de su época era Beethoven (sic). ¿Y Mozart?, le dijeron. ‘Mozart no es el primero, ni el segundo. Es único, está aparte’. Así dijo de Buñuel. Ni es el primero, ni el segundo: es único. Está solo.

Pudovkine afirmó que se trataba de un gran filme, lleno de optimismo en los valores humanos. Esta opinión desconcertará a los periodistas comunistas.

Según Paz, Chagall no estaba sorprendido, ya que sabía que usted era un gran artista.

El propio premio Nobel escribió sobre la obra del cineasta: “Algunas de las películas de Buñuel –La edad de oro, Los olvidados–, sin dejar de ser cine, nos acercan a otras comarcas del espíritu: ciertos grabados de Goya, algún poema de Quevedo o Péret, un pasaje de Sade, un esperpento de Valle-Inclán, una página de Gómez de la Serna”.

Se dice que la película estuvo inspirada en la novela homónima del escritor y profesor michoacano Jesús R. Guerrero. El prólogo de aquel libro de 1944 fue escrito por José Revueltas. Buñuel nunca le dio crédito a Guerrero.

Luego de la proyección en el Auditorio, en la pantalla de 18 por 10 metros y con 88 bocinas, se exhibirá el final alterno filmado por Buñuel a instancias de su productor.

La copia fue restaurada gracias a la Filmoteca de la Universidad Nacional Autónoma de México, la División Fílmica de la Fundación Televisa y la Cineteca Nacional. Televisa tiene los derechos del filme.

Por otro lado, Mauricio Maille, director de Artes Visuales de Fundación Televisa, anunció que la Cineteca y esta empresa trabajan en un proyecto editorial: lanzar un libro cuyo eje serán las más de 600 imágenes inéditas tomadas por Manuel Álvarez Bravo durante la filmación de Nazarín, de Buñuel.

Los olvidados se exhibe el día 3 a las 20 horas, en el Auditorio Nacional.