Quito, 27 de octubre. Un juzgado penal de Quito ordenó hoy la detención provisional del coronel César Carrión, hasta ayer director del Hospital de la Policía, donde fue retenido el presidente ecuatoriano Rafael Correa durante la intentona golpista del 30 de septiembre.

El juzgado dispuso su prisión, orden que fue inmediatamente cumplida, para indagaciones sobre la acusación de ser cómplice del levantamiento de la tropa policial y de un sector militar, y resolverá en breve si la detención se extiende por 90 días.

La semana pasada el funcionario negó a la cadena internacional CNN en español que el presidente Correa hubiera estado secuestrado en el hospital policial al decir que tenía libre movilización, que recibió a sus colaboradores y estuvo en contacto telefónico permanente hacia el exterior.

Carrión acudió el martes anterior a la Fiscalía y a la Dirección de Policía para pedir su cambio administrativo luego de que el sábado pasado Correa lo criticó duramente en su enlace sabatino y le dijo, muy exaltado, que era un majadero por negar su secuestro, a lo que añadió que Carrión debía ser despedido y gritó: Eres mi subalterno, soy tu jefe.

Correa fue plagiado en el nosocomio, luego que acudió al cuartel de esta capital para tratar de dialogar con policías que protestaban por la supuesta eliminación de beneficios laborales; fue agredido por los uniformados, y luego que su guardia lo llevó al nosocomio permaneció ahí secuestrado durante más de 10 horas hasta que fue rescatado bajo fuego de disparos por un comando militar de elite.

Carrión, quien fue destituido el martes como director del Hospital de la Policía tras ser acusado de haber sido cómplice de los conspiradores, se suma a la decena de policías detenidos por la fracasada asonada, los que son investigados para establecer su participación en la insubordinación.

Hasta ahora hay un solo civil detenido, Fidel Araujo, dirigente del Partido Sociedad Patriótica, organización que lidera el ex presidente Lucio Gutiérrez (2003-2005), señalado por Correa como autor intelectual del levantamiento, pero contra quien no se ha presentado una acusación en firme.

Por último, unas 12 bombas presuntamente de la Segunda Guerra Mundial fueron encontradas hundidas en la costa de las islas Galápagos cuando un equipo de pescadores locales realizaba tareas de limpieza submarina, indicó hoy un funcionario.

El armamento fue descubierto en la isla Bartolomé, que forma parte del archipiélago, a unos 30 metros de profundidad. No representan peligro, pero se ha notificado a la armada de Ecuador para que se haga cargo y descarte cualquier posibilidad de riesgo, informó a la prensa el jefe de operaciones de la capitanía de Puerto Ayora, Luis Martínez.