Toluca, Méx., 26 de octubre. México requiere un nuevo contrato social, aseguró el escritor Carlos Fuentes. Explicó: el gran peligro que veo en el país es que la juventud desvíe su destino y se vaya al crimen, a la desesperanza, a la rebelión.

El escritor fue el orador principal de la tercera y última sesión del foro México, cumbre de negocios, un encuentro empresarial convocado por Miguel Alemán Velasco, ex gobernador de Veracruz, y clausurado hoy por Enrique Peña, gobernador de la entidad.

La mitad de nuestra población de más de 100 millones de personas vive en diversos estados de pobreza. Por más que unos asciendan, otros permanecen abajo y otros inclusive descienden, planteó.

El gran desafío para México y América Latina, siguió, es conseguir un desarrollo que no dañe a nadie, pero que mejore a todos. Que no se contente con lo logrado y se preocupe por lo que falta por hacer, que extienda el concepto de ciudadanía a la política, la educación, la economía, la salud y el trabajo.

Hablo de un nuevo contrato social que desarrolle con la máxima velocidad el enorme potencial, el inmenso potencial de México para hacer, a partir de lo que ha sido y de lo que es, lo que puede ser, propuso.

El país, indicó, requiere un programa de desarrollo social constante. Insistió: un nuevo contrato social que sea capaz de incorporar a la juventud. El gran peligro que veo en México es que los jóvenes de menos de 30 años desvíen su destino y se vayan al crimen, a la desesperanza, a la rebelión. Tenemos que abrir nuevas posibilidades de trabajo, educación, salud; que no se vayan al norte, que se queden aquí, donde tenemos tanto por hacer, consideró.

Fuentes dijo que la educación es la base del desarrollo. No puede haber progreso, agregó, si no hay una escuela bien equipada y que funcione en cada comunidad, por pequeña que sea, para que algunos jóvenes no deban caminar horas antes de llegar a un plantel, a veces desatendido.

La educación, insistió, es la base del desarrollo, y la producción la base de la riqueza; la base de la producción es la información y la base de la información es el conocimiento. Y la base del conocimiento es la educación, así como la base de la desigualdad es la destrucción del sistema educativo, comentó.

¿Qué harán los jóvenes? ¿Se dejarán seducir por el crimen y el dinero? ¿O se dejarán seducir por el trabajo?, preguntó a los asistentes.

O damos el viraje o nos lo dan. Hay demasiada gente joven. ¿Cómo hacemos para que escojan el trabajo y no el crimen? El crimen es tentador, ofrece posibilidades de ascenso rápido, es engañoso, pero es atractivo. Debe haber un proyecto nacional visible, comprensible, que convoque a los jóvenes, aseguró.