El presidente de Ecuador también remueve al jefe del hospital donde lo atendieron en la asonada
Miércoles 27 de octubre de 2010, p. 26
Quito, 26 de octubre. El presidente de Ecuador, Rafael Correa, remplazó hoy al secretario de Inteligencia, Francisco Jijón, al admitir que falló al no alertar de la sublevación policial del pasado 30 de septiembre, que su gobierno denunció como intento de golpe de Estado y que dejó al menos 10 muertos y 274 heridos.
Correa nombró como nuevo titular de la Secretaría de Inteligencia al ex comandante de la Marina, Homero Arellano, quien se desempeñaba como secretario general de la Vicepresidencia. Sustituye a Jijón, arquitecto que ejercía el cargo desde junio de 2009 cuando el mandatario creó la entidad dentro de un primer proceso de restructuración.
Estamos ciegos, en cero, en materia de inteligencia para seguridad interna
, aceptó el presidente en una entrevista que concedió esta semana a La Jornada. Recordó que desde marzo de 2008, cuando ocurrió el ataque de Colombia a un campamento de la guerrilla de las FARC en la frontera ecuatoriana, la seguridad de su país informó primero a la embajada de Estados Unidos antes que a su gobierno.
Es claro que falló la inteligencia
al no advertir la crisis que surgió ante una legislación que eliminó bonificaciones para la fuerza pública, insistió el mandatario. Reiteró que ya había indicios de que la antigua seguridad del Estado recibía presupuesto de Estados Unidos y trabajaba para la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y que su entonces jefe Mario Pazmiño era empleado
de ese organismo.
Fue en ese contexto que se comenzó a reorganizar el servicio de inteligencia para controlar ese aspecto y deslindar de él la hegemonía que tenían las fuerzas armadas y la policía nacional. Pero Correa ha dicho que los cambios que le ha querido imprimir no han sido suficientes, como quedó de manifiesto con la reciente revuelta de cientos de uniformados.
Luego de esos hechos, Correa dijo no descartar una asesoría internacional en inteligencia.
Previamente, el coronel César Carrión había sido destituido de su cargo de director del Hospital de Policía de Quito, tras ser acusado por Correa de haber sido cómplice de los conspiradores
de la revuelta. La comandancia de la Policía Nacional citó a Carrión para informarle de su remoción, independientemente de las acciones internas y de la justicia que se le puedan seguir.
Correa reiteró sus acusaciones contra el coronel desde el sábado en su programa de radio, y le dijo que como subalterno no puede pretender hacerlo quedar como un mentiroso
.