Londres, 24 de octubre. Soldados de Estados Unidos asesinaron a más de 680 civiles durante la guerra en Irak en los puestos de control instalados en el país invadido el 20 de marzo de 2003, según nuevas revelaciones sobre los documentos secretos del ejército publicados el viernes pasado por el sitio de Internet Wikileaks, informó este domingo el diario británico The Sunday Times.

El rotativo, que analizó los 400 mil documentos publicados, señaló que los militares estadunidenses destacados en los puestos de control disparaban cuando un automóvil que se acercaba ignoraba las órdenes de detenerse.

De esta forma murió un niño de tres años que fue alcanzado por un disparo.

Las bitácoras militares publicadas muestran información, desde el punto de vista de Estados Unidos, sobre abusos, torturas,violaciones y todo tipo de excesos practicados por autoridades iraquíes y soldados estadunidenses sobre presos iraquíes, según Wikileaks.

Nick Clegg, vicepremier británico, quien ha cuestionado la legalidad de la guerra en Irak, calificó las acusaciones de extraordinariamente graves y se pronunció por una investigación, toda vez que, dijo, estas revelaciones no se pueden ignorar.

Podemos lamentarnos sobre cómo se han publicado, pero las acusaciones que contienen son extremadamente serias, y la gente querrá escuchar una explicación, declaró a la BBC.

Todo lo que dé a entender que las reglas de base de la guerra, de los conflictos y del combate fueron violadas, o que la tortura pudo haber sido tolerada, es extremadamente grave y debe ser estudiado, añadió el funcionario británico.

El político liberal señaló que a Estados Unidos le compete reaccionar sobre las acusaciones que se le hacen y no descartó una investigación del desempeño de los soldados británicos en el conflicto en el país árabe.

En su opinión, el hecho de que también a miembros del ejército británico –entre otros– se les acuse de muerte, violación y torturas tiene que ser investigado a fondo.

El pasado viernes, Hillary Clinton, secretaria estadunidense de Estado, condenó la filtración de todo documento que pueda poner en peligro la vida de los soldados y de los civiles estadunidenses y de sus aliados, algo que también hicieron los ministerios de Defensa de Gran Bretaña y de Australia.

El ejército de Dinamarca anunció su intención de analizar los documentos que conciernen a militares daneses.

Queremos ver esos documentos y compararlos con nuestras propias informaciones, declaró Torben Kjedsen, vocero de la comandancia militar danesa.

Por lo pronto, Julian Assange, fundador de Wikileaks, afirmó a un canal de televisión de Israel que tomó precauciones de seguridad adicionales, y si bien dijo no temer por su vida, algunos medios internacionales han señalado que el australiano estaría pensando en instalarse en algún lugar de Sudamérica.

The Independent señaló que ex colaboradores de Assange denunciaron que la obsesión del fundador de Wikileaks por perseguir a los militares estadunidenses ha desviado el principio fundacional del portal, de que toda fuga debe ponerse a disposición del público por grande o pequeña que sea.

Esto, señalaron, ha impedido virtualmente al portal publicar cualquier nuevo registro fuera del tema de Irak y Afganistán, señalaron algunos ex empleados y voluntarios.

Wikileaks difundió el 25 de julio más de 90 mil documentos relacionados con la guerra en Afganistán, si bien contenían poca información que no se hubiera hecho pública ya. Aunque ya anunció la próxima publicación de 15 mil nuevos textos sobre la invasión a esa nación asiática.