El clásico nacional decepcionó y se llevó un merecido abucheo de la afición asistente al Azteca
Lapuente y Vergara quedaron mal luego de haber ofrecido un encuentro espectacular, goles y triunfos
Lo único rescatable fueron las buenas actuaciones de los porteros Ochoa y Michel
Lunes 25 de octubre de 2010, p. 2
Sin talento ni explosividad, el clásico del futbol mexicano decepcionó, cosechó un merecido y sonoro abucheo tras el empate sin goles entre América y Chivas, que se quedaron en el limbo al complicar su situación y su probable pase a la liguilla.
La promesa del timonel americanista, Manuel Lapuente, de brindar un juego espectacular y un clásico con goles se convirtió en mediocridad sobre la cancha del Azteca. El dueño del Guadalajara, Jorge Vergara, también quedó mal ante su público con la insostenible promesa de un triunfo.
Las Águilas y los rojiblancos se rezagan en sus respectivos grupos. El primero se quedó con 18 puntos y es tercero en el grupo tres, mientras el cuadro tapatío suma 16 en el primer sector, donde ocupa la cuarta posición.
Lo único rescatable fue la actuación de los porteros, tanto de Guillermo Ochoa, por el América, como de Luis Michel, por el Rebaño. Ambos resolvieron bien las situaciones de peligro y lograron mantener inviolables sus respectivos marcos.
El club de Coapa fue un poco mejor durante el primer tiempo. Vicente Sánchez pronto encontró la ocasión para desbordar, pero su centro no encontró receptor.
Al minuto seis Omar Arellano descolgó por el costado izquierdo, resquebrajó la defensa amarilla y el portero Ochoa hizo una inteligente salida para rechazar el disparo de La Pina con desvío a la derecha para conceder tiro de esquina.
A Matías Vuoso el árbitro le marcó un dudoso fuera de lugar en otro interesante avance. Después Sánchez explotó el carril izquierdo, pero su centro fue capturado por alto por un atento guardameta rojiblanco.
La opción más cercana al gol del América ocurrió al minuto 26, después de un largo envío hacia el rincón, donde merodeaban Vuoso y Sánchez. el argentino hizo la recepción mientras el uruguayo corrió al centro; el Toro cedió el balón a Vicente, quien se precipitó y su cabezazo se escurrió a un lado. Sólo se escuchó el alarido de lamento de los seguidores de las Águilas.
Minutos después, de nuevo falló el equipo local. Vuoso recibió centro por derecha y remató mal; un defensa rojiblanco alcanzó desviar y el esférico se estrelló en el travesaño.
Luego Vicente se ayudó con la mano para bajar el balón y Michel se aplicó en el bloqueo, pero la acción se invalidó por la falta de Sánchez.
Marco Fabián, máximo anotador del Rebaño, recurrió a su buen disparo de larga distancia; hizo un intento en el cual la pelota se fue por encima.
Sin embargo, Jorge Enríquez generó mayor peligro en otro avance por el centro. Llegó a velocidad pero se topó con Ochoa, quien con el pie derecho alcanzó a frenar el esférico y la defensa terminó por despejar.
En el complemento, Daniel Márquez hizo el primer disparo a la meta; el balón pasó apenas por encima del ángulo superior derecho del arco custodiado por Michel y después Vicente Sánchez, quien fue incisivo y mostró muchas ganas, se volvió a frustrar con un tiro raso que el portero tapatío resolvió recostando a la izquierda.
Al minuto 52 el silbante Francisco Chacón no marcó una infracción en favor de Chivas, cuando los visitantes avanzaron por el carril derecho y Miguel Layún, con la mano en alto, desvió el centro.
Omar Arellano se mantuvo errático en el tiro a gol con otro remate que cruzó en exceso.
El técnico Lapuente sacó a Daniel Márquez e ingresó a Enrique Esqueda al minuto 57. Los rojiblancos aprovecharon la breve distracción y Xavier Báez envió un riflazo que Ochoa atajó en gran reacción.
Tanto Lapuente como José Luis Real, timonel del Guadalajara, echaron mano de su gente de banca sin obtener el revulsivo deseado.
Al contrario, conforme avanzó el reloj la presión comenzó a manifestarse sobre ambos planteles, cada vez más impacientes por encontrar la genialidad que destrabara la igualada.
Al minuto 80, Esqueda sirvió a un Vuoso desorientado que no le pegó bien y Michel sólo tuvo que recoger el balón. Pável Pardo cobró cuanto tiro de esquina y de castigo pudo, pero el concierto de fallas prevaleció.
En la recta final los dirigidos por el Güero Real tuvieron dificultad para rebasar los tres cuartos de cancha y con el último envío de Omar Bravo, un pelotazo que pasó cerca del poste, se esfumó la esperanza de algún festejo en las tribunas.
