Retenían a la niña para que la mujer trabajara en la elaboración y venta de comida
Logró escapar cuando su cuidador la perdió en el Metro; la policía rescató a la menor
Lunes 25 de octubre de 2010, p. 42
Una joven traída de Veracruz junto con su hija de dos años, con la promesa de un empleo, era obligada a trabajar alrededor de 20 horas diarias en la elaboración de más de 500 gorditas en un puesto, además de hacer tareas domésticas.
No fue hasta que uno de sus cuidadores
la perdió en la estación Balderas del Metro cuando la joven pudo solicitar ayuda a elementos de la policía capitalina y pese a no saber leer ni escribir, llevó a las autoridades al domicilio donde tenían a su pequeña que, junto con ella, padecía una fuerte desnutrición, además de recibir malos tratos y ninguna paga.
Por este hecho, la Procuraduría General de Justicia del DF consignó al matrimonio que la retenía y explotaba, así como a otro hombre que la golpeaba, por trata laboral de personas.
La subprocuradora de Atención a Víctimas del Delito y Servicios a la Comunidad, Dilcya García Espinosa de los Monteros, y la fiscal central de Investigaciones para la Atención de Delitos Sexuales, Juana Camila Bautista Rebollar, informaron que los detenidos son Beatriz Cuautla Hernández y Jorge Gómez Miranda, quienes son esposos, de 31 y 27 años, respectivamente, así como Miguel Ángel Cuautla Hernández, de 27 años, hermano de la mujer.
La denuncia ocurrió luego de que el 21 de octubre pasado la joven acompañó a Miguel Cuautla al mercado de La Merced para realizar compras y en la estación Balderas del Metro él corrió para alcanzar el convoy, pero ella no alcanzó a entrar en el vagón. Al ver que no volvían por ella, solicitó auxilio a elementos de la policía.
La víctima narró que es originaria del poblado El Mirador, en la región de Uzuama, Veracruz, donde el pasado 12 de septiembre fue contactada por una persona a la que identifica con el nombre de Salvador N
, quien le ofreció trabajo en la ciudad de México, por lo que se trasladó con su pequeña hija.
El hombre la presentó con el matrimonio, que le asignó como tarea la venta de gorditas y quesadillas, afuera de la estación Auditorio del Metro, por lo que le pagarían 500 pesos semanales.
La ofendida señaló que fue conducida junto con su hija a un domicilio –ubicado en calle Santa Cruz, manzana 1, lote 20, colonia Xalpa, perímetro de Iztapalapa– donde le dieron unas cobijas para acostarse en el piso. Ahí conoció a Miguel Cuautla, hermano de Beatriz.
La jornada laboral de la joven comenzaba a las cinco de la mañana para preparar los alimentos que después comercializaría en el puesto ambulante, para luego, en la noche, continuar con labores domésticas, como lavar ropa y asear la casa, para acostarse aproximadamente a la una de la mañana. Dijo que su hija permanecía con una mujer a la que conoce como Beti, al parecer madre de Beatriz Cuautla.
En la declaración, señaló que recibía constantes amenazas de Miguel Cuautla, quien le decía que le iba a quitar a la niña para venderla para que le sacaran el corazón y los ojos y que a ella la iba a cortar en cachitos con un cuchillo
; además, declaró, la golpeó en varias ocasiones.
La policía desplegó un operativo de emergencia para rescatar a la niña, quien junto con su madre continúa al cuidado del Sistema de Auxilio a Víctimas para su hospedaje, alimentación y canalización médica con el fin de obtener un diagnóstico completo sobre su salud, además de que continuarán bajo terapia sicológica y asistencia legal.