La meta se alcanzaría de concretarse los discursos, dice el rector
Jueves 21 de octubre de 2010, p. 39
Para concretar una reforma educativa integral y de fondo en el país, que impulse el mejoramiento de la calidad académica y el incremento de la cobertura en formación superior no hay que esperar 50 años –como vaticinó la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos. Si se concretan los discursos en acciones, esta meta podría conseguirse en tres o cuatro lustros, aseguró el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), José Narro Robles.
“Decimos y hablamos pero no hacemos. Lo digo con respeto y claridad, la UNAM fue la única que dijo que no a la Reforma Integral a la Educación Media Superior –impulsada por la administración de Felipe Calderón– porque no era integral. Con ésta no pasó nada porque no existía un planteamiento de fondo”, señaló el rector en entrevista tras la inauguración de las actividades conmemorativas por el 70 aniversario del Colegio Madrid.
Al contrario de lo hecho por México, dijo, entre 2000 y 2008 Brasil duplicó su cobertura en educación superior, al pasar de 17 a 34 por ciento. Nosotros estábamos cuatro o cinco puntos adelante de ellos y ahora estamos esos mismos atrás. ¿Por qué no acabamos con el analfabetismo en tres años, y no en 50? Lo podemos hacer, tenemos los recursos, la organización y la capacidad para ello
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Por separado, especialistas en educación afirmaron que las 15 recomendaciones enviadas por la OCDE a México para fortalecer la calidad educativa, se propone mucho de lo que se ha dicho; no descubren el hilo negro
Agregaron que antes de proponer acciones radicales
como expulsar a docentes que sistemáticamente salgan mal en las evaluaciones, primero tendríamos que garantizar una formación inicial de calidad, condiciones de equipamiento e infraestructura acorde con las necesidades educativas y una capacitación adecuada, de lo contrario, sería injusta su salida del sistema educativo
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Hugo Casanova Cardiel, del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación de la UNAM y presidente del Consejo Mexicano de la Investigación Educativa, afirmó que para transformar el sistema, sin duda tenemos que escuchar muchas opiniones, incluso las del extranjero o de organismos multinacionales, pero asumirlas con una visión acrítica, sin adecuaciones ni análisis profundo, sería una gran torpeza
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Destacó que es preocupante
que las propuestas de la OCDE insisten en poner el acento en la evaluación, cuando llevamos décadas aplicándola, sin que hasta ahora tengamos pruebas evidentes de su efectividad para transformar y mejorar el sistema, es decir, se está dejando fuera los elementos difíciles de examinar, pero que son sustanciales, como el proceso de aprendizaje
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