Lisboa, 16 de octubre. El gobierno de Portugal presentó ante el Parlamento un austero y controvertido proyecto de presupuesto para 2011 que será sometido a votación el día 29 y amenaza con desatar una crisis política.

El gobierno anticipa un magro crecimiento de 0.2 por ciento, inferior a 0.5 por ciento previsto anteriormente y muy por debajo de 1.3 por ciento de crecimiento esperado para este año, mientras recortes salariales y alzas de impuestos afectan a la economía.

El primer ministro portugués, José Sócrates, ha advertido que si no se aprueba el proyecto renunciará. Si el gobierno colapsa respecto del presupuesto, las reglas electorales de Portugal harían imposible sostener elecciones anticipadas por ahora, lo que sumiría al país en la incertidumbre política al menos hasta mayo. Portugal es el país más pobre de Europa occidental, está altamente endeudado y sin crecimiento económico considerable desde hace casi una década.

Los partidos rechazan en primer lugar el aumento de impuestos que prevé el tercer paquete de austeridad del gobierno en lo que va del año, presentado por Sócrates en septiembre.

El impuesto al valor agregado (IVA), que grava el consumo, ya había sido elevado este año de 20 a 21 por ciento; la propuesta del gobierno es incrementarlo en dos puntos más.

El descontento es generalizado. En lo que será la primera huelga general conjunta en 22 años, los dos principales sindicatos de Portugal llamaron a una paralización total de las actividades para el 24 de noviembre.

La economía de Portugal es una de las más débiles en la eurozona de 16 países, junto con la de Grecia, España e Irlanda. El gobierno calcula un crecimiento de al menos 0.5 por ciento este año, tras una contracción de la economía de 2.7 por ciento en 2009.

El déficit público de 9.3 por ciento del producto interno bruto (PIB) es uno de los más elevados en la Unión Europea (UE) y la deuda pública llega a más de 85 por ciento del PIB.

El desempleo se eleva asimismo a la cifra récord de 10.7 por ciento y las organizaciones de asistencia y la Iglesia alertan de que la pobreza ha aumentado de manera alarmante en los últimos años.