El jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard, calificó de provocación las nuevas declaraciones del vocero de la arquidiócesis de México, Hugo Valdemar, y censuró que la Secretaría de Gobernación no haga valer el artículo 130 constitucional. Diputados locales cuestionaron también las declaraciones del vocero y lamentaron que no haya autoridad federal que lo meta en cintura, al tiempo que alertaron que ante ese panorama es previsible ver a los jerarcas católicos llamando a votar en 2012 por tal o cual partido o candidato, y no habrá nadie que los detenga.

Sobre las declaraciones de Valdemar –quien dijo el domingo que el mandatario local tiene fobia a la Iglesia y debe renunciar–, Ebrard señaló que constituyen una provocación y reflejan la irritación de los miembros de la jerarquía católica, acostumbrada a que todo se le permita.

Es una provocación del señor Valdemar. Este no es un tema de si se le tiene fobia a la Iglesia católica, que no es el caso; yo respeto las ideas religiosas de todo el mundo, al contrario, siempre hemos defendido las creencias, ése no es el tema, afirmó entrevistado tras hacer la entrega del Premio Latinoamericano de Novela Elena Poniatowska, en el Zócalo.

Que pida que me destituyan o que renuncie no es más que el estilo del señor Valdemar y él va a tener que responder ante los tribunales, igual que Sandoval, eso no tiene vuelta de hoja. Yo entiendo que estén muy irritados porque todo se les permite, porque la Secretaría de Gobernación no les dice nada, con todo y que es su obligación legal, agregó.

Ebrard agregó que en este caso lo que se ha visto es una omisión permanente y crónica. Por lo que hace al gobierno local, nosotros no lo vamos a permitir, porque ésa nuestra convicción.

David Razú, presidente de la Comisión de Derechos Humanos de la Asamblea, dijo que ya no es de extrañar el actuar de los jerarcas católicos, pues han estado fuera de las leyes y ninguna autoridad federal los llama al orden.

En tanto, el diputado Víctor Hugo Romo (PRD) agregó que “necesitamos más religiosos que ayuden a reconstruir la paz y el tejido social y no que generen odio y discriminación. Ésos son –dijo– los que deberían renunciar a sus cargos y quitarse la máscara”.