La legislación para regular los procedimientos de reproducción asistida se debaten en México desde hace más de 20 años, tiempo durante el cual se han presentado varios proyectos en foros de discusión. Actualmente en el Senado se analiza una iniciativa para crear una ley, la cual está plagada de una ideología conservadora que no toma en cuenta el bienestar de la mujer, pero sí defiende al embrión y su dignidad inherente, afirmó el abogado Pedro Morales Aché, director de Consultoría Médica y Legal (Medilex)

Aunque se supone que el proyecto de dictamen retoma los planteamientos de tres iniciativas previas, en realidad es nuevo y dejó de lado al resto. Llamó la atención de que haya sido Bernardo Fernández del Castillo, coordinador de Asuntos Jurídicos de la Secretaría de Salud (Ssa) –señalado por su posición en favor de los preceptos religiosos–, quien haya ido a explicar a los legisladores panistas el contenido de la iniciativa, cuya discusión se aplazó para la próxima semana.

Si hubo consultas a especialistas para la elaboración del texto, dijo el litigante y también asesor de organizaciones civiles, habrá sido con quienes respaldan teorías como que la vida de un ser humano empieza con la unión entre el óvulo y el espermatozoide. Esto porque la versión del documento, con fecha 29 de septiembre de 2010, resalta que la iniciativa introduce importantes novedades y menciona entre ellas la definición del concepto de embrión.

Califica de erróneos los términos de mórula o prembrión y dice que el embrión es el resultante de la fusión de los gametos masculino y femenino y la división progresiva del ovocito desde que es fecundado hasta 12 semanas después.

La iniciativa que defiende el senador Ernesto Saro propone, entre otros puntos, que para los procesos de fertilización in vitro sólo se permita la obtención de tres embriones, mismos que se deben implantar en el útero de la mujer dentro de las 72 horas siguientes a la fecundación. De no hacerlo se les debe destruir.

Parte del supuesto de que la probabilidad de nidación será el resultado de un lenguaje privado entre los embriones y el útero de la mujer, pero principalmente de la calidad embrionaria que es el resultado de una realidad biológica y matemática que forma parte de nuestra naturaleza.

En cambio, con base en criterios científicos, los expertos en el uso de la técnica realizan la implantación en el quinto día posterior a la fecundación, cuando existe mayor certeza de que habrá éxito en lograr el embarazo. Aun así, es alta la probabilidad de fracaso. Además, señalan que de seguirse un protocolo correcto y de alta calidad sólo sería necesario colocar un embrión y así evitar los embarazos múltiples de alto riesgo y costo económico.

A diferencia de lo que establecen ordenamientos de otros países, como España, el proyecto panista pretende prohibir el uso de métodos –disponibles en México– que permiten elegir el sexo del bebé para evitar enfermedades como la hemofilia, que es transmitida por las mujeres, pero la desarrollan los varones. Existen más de 30 padecimientos que se pueden evitar con la selección del sexo, comentó Morales.

También pretende prohibir el acceso a los métodos de reproducción asistida a hombres y mujeres con alguna enfermedad genética.

El proyecto de dictamen reconoce que la infertilidad y esterilidad afecta a entre 10 y 15 por ciento de la población a escala mundial, fenómeno que tiene origen en múltiples factores, entre ellos la postergación de la maternidad por razones profesionales, laborales o sociales. También intervienen afecciones físicas que pueden estar presentes en la mujer y el hombre.

Otro dato destacado por Morales es que en el documento se introdujo la adopción como alternativa. Prescribe que antes de aplicar algunas técnicas de reproducción asistida, el personal de salud deberá en primer término recomendar la adopción de un menor de edad.

Para que la propuesta pueda presentarse al pleno, deberá contar con la aprobación de los integrantes de las comisiones de Salud, de Estudios Legislativos, y de Estudios Legislativos Primera.

En cuanto a la maternidad subrogada, plantea la creación del comité de reproducción humana asistida, el cual dependerá de la Comisión Nacional de Bioética (CNB) y estará integrado por siete miembros. Además del presidente de la CNB estará un representante de los siguientes entes: Asociación Mexicana de Ginecología y Obstetricia, Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto Politécnico Nacional, alguna asociación de bioética de reconocido prestigio nacional.

También participaría un representante de clínicas de reproducción asistida y de algún organismo promotor de derechos humanos en salud que tenga prestigio.

Además de coadyuvar en tareas de investigación y difusión, el comité tendría la facultad de autorizar todos los procedimientos de maternidad subrogada que se pretenda realizar en el país.