Miércoles 29 de septiembre de 2010, p. 25
París, 28 de septiembre. El gobierno del conservador Nicolas Sarkozy presentó hoy en la Cámara de Diputados una nueva ley de inmigración que facilitará la expulsión de extranjeros en situación irregular, incluidos ciudadanos de la Unión Europea, y retirará la nacionalidad francesa a criminales de origen extranjero.
El proyecto que continúa con la línea oficial de vincular delincuencia con nacionalidad, quita la nacionalidad francesa a personas de origen extranjero naturalizadas hace menos de 10 años y que atenten contra un policía.
La iniciativa aumenta de 32 a 45 los días de retención de extranjeros antes de su expulsión, combate la lucha de matrimonios por conveniencia –con siete años de cárcel y 30 mil euros de multa– y limita la estadía de extranjeros con problemas de salud.