Jueves 23 de septiembre de 2010, p. 16
En el libro A la sombra de mi vida, Florence Cassez narra su versión de lo ocurrido antes, durante y después de su arresto en México (diciembre de 2005), donde enfrenta sentencia de 60 años de prisión por secuestro.
La francesa asegura que fue víctima de una fabricación de pruebas
por las autoridades policiacas y ministeriales de México, a las que acusa de utilizar su caso para realizar un montaje mediático
con fines de propaganda.
Ayer, durante la presentación del libro en la Casa Lamm, llos comunicadores cuestionaron a Charlotte Cassez, madre de Florence; a su abogado en México, Agustín Acosta, y a la escritora Guadalupe Loaeza –quien dijo que está convencida de la inocencia de la mujer– por el hecho de que Cassez no se hubiera enterado de que su ex novio Israel Vallarta se dedicaba al secuestro.
Charlotte aseguró que ella convivió con Israel, pero nunca vimos nada raro
. Acosta sostuvo que su defendida terminó su relación sentimental con Israel nueve meses antes de la detención de ambos, y aseguró que Cassez vivía en el rancho rentado por Israel, en diciembre de 2005, porque a su regreso de Francia a México la joven no tenía a quién más pedirle hospedaje.
El abogado sostuvo que aunque Florence vivía en ese rancho, casi no convivía con Israel, porque su defendida trabajaba en Polanco desde el mediodía hasta las 11 de la noche.
Señaló que el caso Cassez debe ser resuelto por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, pues está constituido con elementos jurídicos que implican violaciones a garantías constitucionales y procesales, como ocurrió con los juicios de Acteal, Atenco y el de las indígenas Alberta, Jacinta y Teresa
, quienes también estuvieron presas por el delito de privación ilegal de la libertad y fueron absueltas.