Carlos María Bustamante describió a Mariano Matamoros, brazo derecho de José María Morelos, como hombre de corta estatura, delgado, rubio, de ojos azules, con una arraigada costumbre de fumar puro, pero que nadie creía que abrigaba un espíritu militar.

Pero, ¿quién era Mariano Matamoros? ¿Cuáles fueron sus motivos para participar en el levantamiento armado que dio inicio a la Independencia de México?

La historiadora del Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Ana Carolina Ibarra González, explicó que Mariano Matamoros fue un hombre admirado por su talento y fue la gran figura militar de la guerra de Independencia.

Hijo de José Matamoros y Mariana Guridi, Mariano Antonio nació en la ciudad de México, el 14 de agosto de 1770. Pasó varios años de su infancia en Ixtacuixtla, Tlaxcala.

Concluida su educación primaria ingresó en el Colegio de Santa Cruz de Tlatelolco, donde se graduó de bachiller en artes y teología a los 19 años de edad.

Matamoros era un sacerdote que decía misa en una parroquia en 1807, y se unió a la causa insurgente en noviembre de 1811. Tenía cierta cultura y estudios, y desde luego suscribía ciento por ciento la vocación de la insurgencia en cuanto a la igualdad y la Constitución, explicó la investigadora.

Matamoros convivió con mucha población de castas de indios; aunque no fue ideólogo, promovió la igualdad. Defendió la inmunidad eclesiástica, así que estaba en favor de los privilegios del clero, al igual que otros curas de ese tiempo, abundó Ibarra.

El papel del clero

Su captura resultó una tragedia: comienzan una serie de derrotas, porque le hace mucha falta a José María Morelos y Pavón, sobre todo después del fracaso en Valladolid, a finales de 1813.

Para la especialista, fue interesante que tras su captura Matamoros no fue sometido a un juicio formal, porque en ese momento se había eliminado ese proceso contra el clero y los ejecutaban directamente.

Sin embargo, Matamoros tuvo un juicio raro, porque querían que se arrepintiera. Murió a comienzos de 1814, y dejó huérfano el movimiento y las fuerzas militares de Morelos, explicó Ibarra González.

Respecto de la participación de los sacerdotes en el movimiento de Independencia, la especialista aclaró que hubo curas en ambos bandos, el insurgente y el realista.

Los que estaban del lado insurgente eran los líderes, las cabezas del movimiento. En general es un grupo de hombres cultos, ilustrados y con gran poder de liderazgo. Empezaron Hidalgo, Morelos y Matamoros. Los sacerdotes son los más importantes en la edición de los periódicos insurgentes, y estuvieron dispuestos a morir por la causa.

A su vez, del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México, Carmen Saucedo Zarco, definió a Mariano Matamoros como el genio militar, por eso Morelos lo nombró su brazo derecho.

“Morelos confió a Matamoros enfrentamientos con tropas realistas y les exigía a las otras tropas respeto para él no sólo como militar, sino como un hombre inteligente para tomar decisiones en aspectos de la insurgencia.

Matamoros conocía muy bien el pensamiento y la forma de actuar de Morelos; en ese sentido es un personaje no solamente de peso militar, sino político, que sabe y conoce las intenciones de Morelos y las sigue cabalmente.

Saucedo Zarco subrayó que a pesar de las limitaciones en cuanto al armamento, Matamoros luchó contra los realistas para tomar la ciudad de Valladolid aunque sabía que tenía pocas posibilidades de éxito; finalmente lo vencen, lo juzgan y lo fusilan.

Mariano Matamoros es un personaje muy importante en la guerra de Independencia, pero su muerte significó el principio del fin para Morelos, porque le quitaron su brazo derecho.