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Chicogrande, “western fronterizo”, abrió San Sebastián; compite por la Concha de Oro

De EU somos vecinos, tal vez socios, nunca amigos: Cazals

Los mexicanos son cazados en Arizona por el color de la piel y por no tener papeles: fascismo puro, acusó

Abel, también parte de la apertura del encuentro; participa en Horizontes Latinos

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El director Felipe Cazals, Demián Alcázar, Juan Manuel Bernal y Daniel Martínez (al fondo) arriban a la presentación de la cinta Chicogrande, en la ceremonia de apertura de la edición 58 de San SebastiánFoto Reuters
 
Periódico La Jornada
Sábado 18 de septiembre de 2010, p. 7

San Sebastián, 17 de septiembre. México protagonizó este viernes la inauguración de la 58 edición del Festival Internacional de Cine de San Sebastián con la proyección de las mexicanas Chicogrande, del veterano director Felipe Cazals, y Abel, del debutante Diego Luna.

Chicogrande, western sobre los ideales de la Revolución Mexicana, sitúa la acción en la frontera con Estados Unidos, donde ahora, 100 años después, los mexicanos son cazados en Arizona, lamenta su director, Felipe Cazals, en entrevista.

Los estadunidenses no acaban de entender qué son los mexicanos (...) tenemos una especie de barrera. Siempre seremos vecinos, ocasionalmente socios, pero nunca amigos, y si no, que pregunten en Arizona, reflexiona Cazals tras la inauguración de San Sebastián.

Chicogrande cuenta cómo el lugarteniente (Demián Alcázar) de Pancho Villa intenta ayudar al líder revolucionario, herido, escondido y perseguido en el norte de México por los militares estadunidenses, quienes procuran cazarlo en una tercera invasión del territorio vecino.

Hoy los mexicanos son perseguidos, asediados, cazados y asesinados en Arizona por el color de su piel, pero “una cosa es ser mexicano indocumentado, otra ser Al Qaeda y otra, narcoterrorista, pero nada más por el color de la piel y porque no tienen papeles; eso es fascismo puro”, denunció.

Los que lo están haciendo, ¿son leales a quién, a las barras y las estrellas? ¿Son grandes patriotas?, se pregunta.

¿A quién debemos lealtad?

Para el director de 73 años, se trata de una situación “muy dolorosa, porque hay más de 12 millones de trabajadores ilegales” en Estados Unidos, y “si (en México) hay 40 millones de personas sin comer, mañana habrá otro Pancho Villa, otro Zapata.

El problema reside en esta necesidad de expansión, de imperialismo del vecino del norte, que siempre nos toca sufrir en América Latina; si no es por las armas, es por el comercio.

La identidad y la lealtad conforman el eje de este filme, que Cazals estuvo a punto de filmar hace 32 años, pero que no pudo porque el gobierno se lo impidió.

Conforme han pasado los años me he ido preguntando a quién o a qué ideales finalmente somos leales, y si esto tiene relación con nuestra identidad, no con nuestro sentido patriótico, reflexiona.

En el filme, que nada tiene que ver con el centenario de la Revolución ni con el bicentenario de la Independencia, que se conmemoran este año, casualidad que le valió una subvención pública para rodarla, hay un planteamiento crítico de esa verdad oficial u historia oficial al respecto de lo que significa la lealtad revolucionaria, explica.

A este “western fronterizo”, que competirá con otros 14 filmes a la Concha de Oro, lo definen la acción del sacrificio de la lealtad: la fidelidad a los ideales del villismo, que resume como justicia social.

“Mi propósito es que de cada mil espectadores que vean la película, haya 10 que se pregunten: ‘¿a quién soy leal? ¿Por qué o para qué daría la vida?’; son preguntas que me inquietan, porque en el mundo globalizado y de consumo en el que vivimos ya no encuentro muchas identidades ni muchas lealtades.”

Para el director de El apando y Los motivos de Luz, filmes con los que estuvo anteriormente en San Sebastián, los ideales de la Revolución eran acertados, pero, al paso de los años, su aplicación burocrática se ha desfigurado totalmente.

Sin embargo hoy, con la guerra contra el narcotráfico que sufre México, no necesitamos otra revolución; con un cambio de administración, de signo político, basta, opina.

Para él, los 23 mil muertos de esa guerra son consecuencia de que la mayoría de los políticos piensan en ellos y en su momento, no en su país ni en el futuro.

Chicogrande, rodada en la sierra de Durango, se estrenó este año en México con un recibimiento mediano debido a las dificultades de distribución de los filmes mexicanos en el país, que se enfrentan al dominio del mercado de la producción estadunidense, denunció Cazals poco antes, en conferencia de prensa.

Abel

Otro filme mexicano, Abel, opera prima del actor Diego Luna y producida por John Malkovich y el mexicano Gael García Bernal, fue presentada este viernes en el Kursaal por Luna y Malkovich en la inauguración de la sección Horizontes Latinos.

Ya proyectada en los festivales de Sundance y Cannes, y poco antes de su estreno en las salas españolas –a partir del próximo primero de octubre–, compite con otras 10 producciones latinoamericanas por el premio Horizontes, dotado con 35 mil euros.

Abel narra la historia de un niño que ante la ausencia del padre toma las riendas de su familia y en ella Diego Luna ha querido homenajear tanto a sus padres como a su esposa y madre de sus dos hijos, explicó a la prensa.