Utilizó el servicio secreto para ubicar a informante en caso L’Oreal
Martes 14 de septiembre de 2010, p. 24
París, 13 de septiembre. El diario francés Le Monde acusó este lunes a la presidencia francesa de violar la ley sobre el secreto de las fuentes de los periodistas
en relación con las investigaciones del escándalo político-fiscal sobre la heredera de L’Oreal, que involucra a un ministro.
“El Elíseo ha utilizado el servicio de contraespionaje para identificar una fuente de Le Monde”, afirma en primera plana el periódico francés, antes de anunciar que presentará una demanda ante la fiscalía por violación del secreto de las fuentes periodísticas
.
Más aún, añadió que el alto funcionario identificado como la fuente
fue enviado en misión
a Guayana.
Inmediatamente, la presidencia francesa señaló que “el Elíseo desmiente totalmente las acusaciones de Le Monde y la presidencia de la República precisa que nunca dio la más mínima instrucción a ningún servicio” para investigar el origen de las informaciones de ese periódico sobre el escándalo político-fiscal en torno a la heredera del emporio L’Oreal, en el que está implicado Eric Woerth, ministro del Trabajo.
Woerth, ministro de Presupuesto hasta marzo de 2010 y hasta finales de julio tesorero de la gobernante y conservadora Unión por un Movimiento Popular, apareció vinculado al escándalo en torno a la mujer más rica de Francia, Liliane Bettencourt, donante de esa formación política.
Woerth y su esposa Florence fueron mencionados en grabaciones clandestinas de conversaciones de Bettencourt con sus allegados, entre éstos el gestor de su fortuna, Patrice de Maistre, quien contrató a la mujer del ministro, el cual meses después lo condecoró con la Legión de Honor.
En esas conversaciones se hablaba también de evasión fiscal y de la intromisión del Elíseo en el caso judicial que enfrenta a Francoise y Liliane Bettencourt.
Este caso, cuyo juez es cercano al presidente Nicolas Sarkozy, ha puesto en aprietos al gobierno en momentos en que el ministro Woerth está al frente de la reforma del sistema de jubilaciones, la principal de lo que queda de mandato, que casi tres millones de franceses rechazaron en las calles.