Entre amenazas de desprendimientos, acusaciones de desvíos de recursos, abusos de poder y exigencias de apegarse a la legalidad interna arrancó anticipadamente el proceso de renovación de la dirigencia de la Confederación Nacional Campesina (CNC).

Héctor Padilla, Ricardo Chávez, Adolfo Toledo Infanzón, Hilaria Domínguez, Felipe Caldiño y Gerardo Sánchez pugnan por obtener la dirección de una organización que no ha logrado recuperar, se estima, 2 millones de afiliados que perdió hace una década ni estimuló al campesinado para respaldar al candidato presidencial del PRI en 2006. Al parecer, la única ventaja es la consolidación, en dos años, del corporativo económico y financiero, integrado por Unidad de Promoción y Desarrollo Empresarial Campesino, Sociedad Financiera Campesina y Microfinanciera Rural Campesina, y la fundación Alma Rural.

Los seis precandidatos –Héctor Padilla, Ricardo Chávez, el senador Adolfo Toledo Infanzón, Hilaria Domínguez, Felipe Caldiño y Gerardo Sánche– se dicen aliados del gobernador del estado de México, Enrique Peña Nieto, quien de último momento no llegó al congreso, aunque su equipo de comunicación estuvo presente y fue uno de los contingentes más numerosos.

La confrontación interna llevó al presidente de la CNC, Cruz López Aguilar, a recordar que en la reunión del consejo político del 5 de febrero se acordó buscar una candidatura de unidad y a criticar a quienes –en alusión a Padilla y Chávez– recorrieron el país en busca del apoyo de las ligas de comunidades agrarias. La diputada Hilaria Domínguez, así como Chávez, Padilla, Caldiño y el senador Toledo lo desmintieron: no se autorizó al dirigente de la CNC buscar una candidatura única, sino que se apegue a los estatutos.