Fiestas, sorpresas y un líder con pies de barro
in hacer ruido, tan sólo el que producen sus directivos por el control de la cooperativa, Cruz Azul suma seis victorias en siete partidos y se instaló en el liderato general en un torneo mexicano en el que todo es posible, hasta que los humildes Gallos Blancos goleen al poderoso Santos.
Cruz Azul es el equipo con más tantos en favor y con la mejor diferencia. Javier Orozco y Christian Giménez –la letal dupla Chuletita-Chaco– siguen certeros ante las redes, pero no hay que olvidar que los Cementeros son un gigante con pies de barro y que, cuando sean atacados, Joel Huiqui y Horacio Cervantes volverán a exhibir sus carencias.
La jornada siete tenía partidos intensos que se quedaron en promesa. El clásico del norte se definió con gol del Chupete Suazo, pero quedará marcado por la violencia de los fanáticos. El duelo Pachuca-Guadalajara, que los Tuzos ven como algo especial, tuvo a Miguel Calero como chivo expiatorio por su error en el tanto rojiblanco.
Después de tantos éxitos –a veces basado en un cuadro lleno de extranjeros y naturalizados–, Pachuca vive vacas flacas y en forma extraña en la tabla general sólo se encuentra arriba de los famélicos Potros y Zorros. Ya se vio que la culpa no era de Guillermo Rivarola y tampoco Pablo Marini es la solución.
En el clásico de las televisoras, el Morelia murió de nada. Con lo mínimo, el futbol feo y medroso de Lapuente, las Águilas hasta pudieron golear a unos Ates que sólo en los golpes pudieron nivelar las acciones. América recuperó la sonrisa en el estadio Morelos, luego de cinco años de apabullante dominio michoacano y ahora enfrentará al Toluca, en una serie de partidos claves que tendrá en las próximas fechas.
Mención aparte para Federico Vilar. El argentino sufre el síndrome atlantista: pocos destacan sin la playera azulgrana. Pero, además, el portero ha perdido piso. No es la primera vez que por querer agrandarse trata de controlar el balón con una mano. Ahora fue más obvio por el rival y porque su yerro terminó en gol. No estaría mal que recuerde sus tiempos cuando jugaba para el Zitácuaro.
Con tres tantos de Sergio Blanco, Gallos vapuleó a Guerreros. Muchos hablan de irregularidad en nuestro balompié cuando se dan estos resultados, pero también podría interpretarse de otra manera: hay paridad de fuerzas y cualquiera puede ganar, lo que deja margen a sorpresas agradables, mientras en otras ligas sólo se tiene una moneda para conocer al campeón.
Los Pumas se quedaron a un día de mantenerse invictos en CU durante un año. Extrañas jettaturas futboleras: el México 68 es aduana difícil para la mayoría, pero no para el mediano San Luis, que no ha perdido en sus visitas al cubil felino y que no había ganado en este torneo fuera de casa.
Y mientras se abre una investigación
para determinar si el festejo del resonante
triunfo de 1-0 sobre Colombia estuvo dentro de los límites permitidos, es de preocupar que los mejores jugadores tricolores tengan más movimiento en una fiesta que en la cancha.
A Carlos Vela y Giovani dos Santos se les agradece su aportación fundamental en el título del mundial Sub-17 de Perú –el mayor logro del casi siempre decepcionante futbol mexicano fuera de sus fronteras–, pero nada han hecho desde ese lejano 2005. Lo más probable es que los federativos comparsas los encuentren libres de culpa, pero en su análisis deberían escuchar dos consejos de técnicos veteranos. Que recobren la alegría por jugar a sus 21 años, como dijo Enrique Meza, y que tengan claro que en este deporte el único imprescindible es el balón, como señaló don Ignacio Trelles.
Con más dinero en las arcas de la Federación Mexicana de Futbol, con los intrascendentes partidos realizados después del Mundial, los directivos tendrán que elegir a la brevedad y con tino al nuevo seleccionador. Ricardo La Volpe firmó con Costa Rica y es, tal vez, el técnico que más conoce las virtudes y los defectos del Tri.