Venecia, 10 de septiembre. El Festival de Cine de Venecia se despide con un brillante trabajo de Paul Giamatti y Dustin Hoffman en la canadiense Barney’s version, película de Richard J. Lewis que cierra hoy la competición oficial.

Basada en la novela gráfica homónima de Mordecai Richler, a quien al director dedica la película, Giamatti encarna a Barney Panofsky, productor judío cuya vida conoce el espectador a través de sus tres matrimonios.

Para Giamatti, la parte más difícil fue la de interpretar a Barney de joven, pues, comentó en rueda de prensa, que tenía la sensación de que era una época que él ya había pasado, mientras las otras partes de sus vida encajaban con su presente o con lo que está por venir.

La película de Lewis, conocido hasta ahora por su trabajo como productor de la serie de televisión CSI, gustó al igual que la del alemán Tom Tykwer, quien muestra a competición Drei, centrada en una pareja de intelectuales berlineses que tras más de 20 años junto se abren a nuevas experiencias amorosas.

Twyker comentó que no se trata de vender un concepto ni de decir qué es correcto, sino más bien de mostrar una realidad.

Sobre el amor se ha hablado mucho, pero siempre se cuentan las mismas historias, dijo Sebastian Schipper. Se necesitan nuevas historias que muestren la evolución de las relaciones, declaró el actor, uno de los protagonistas de la película junto con David Striesov y Sophie Rois, quien añadió que se insiste obstinadamente en el modelo de familia padre, madre e hijo, cuando la realidad demuestra que ya no es así.

Las propuestas a concurso se completan con la estadunidense Road to nowhere, del director de culto y productor Monte Hellman, que borra las fronteras cinematográficas entre realidad y ficción con esta película de metacine que ni siquiera comprendió la propia protagonista, Shannyn Sossamon, según admitió en rueda de prenda.

Hellman entrecurza la historia de un cineasta que rueda una película sobre un crimen ocurrido en la realidad con la historia real del crimen, pero de forma que el espectador no sabe cuándo está viendo realidad y cuándo está viendo ficción. Esta película es una adivinanza imposible, dijo.

En su filme rinde homenaje al director sueco Ingmar Bergman y al español Víctor Erice, de quien muestra algunas imágenes de El espíritu de la colmena con el protagonista afirmando que se trata de una obra maestra.

Conocido sobre todo por ser considerado el descubridor de Quentin Tarantino, a quien le produjo su primera película (y que este año preside el jurado internacional del certamen), Hellman comentó que su filme es un trabajo antintelectual, pero le gusta pensar en él como se hace con las grandes obras de arte, que se ven una y otra vez.

El autor de clásicos del cine de culto como Two lane blacktop, compite a sus 78 años por primera vez en un certamen. Admite que las películas no pueden competir entre ellas, pero que por primera vez está experimentando esa ansiedad del certamen.

La 67 edición del Festival de Cine de Venecia concluye este sábado con la versión que Julie Taymor (Frida) ofrece con The tempst, en la que Helen Mirren afronta el papel de Próspero.

El director Mauro Andrizzi, único representante de la cinematografía argentina presente en Venecia, se alzó hoy con el premio Queer Lion (el León Gay), reconocimiento paralelo al Festival de Venecia dedicado al mejor filme con temática homosexual.

Los premios siempre abren puertas, dijo Andrizzi (Mar del Plata, 1980), quien acudió por primera vez a Venecia para mostrar en Horizontes En el futuro.