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Enviado del Kremlin asegura que hay tres detenidos y pistas sólidas sobre el ataque

Atentado suicida en Osetia del Norte; 16 muertos y 138 heridos

Con separatistas e islamitas radicales no puede haber ni transacciones ni treguas: Medvediev

Líder independentista checheno amenaza con más operaciones especiales en territorio ruso

Foto
En imagen tomada de la televisión rusa, aspecto de los destrozos provocados por un atacante suicida frente a un mercado en Vladikavkaz, capital de Osetia del Norte, en uno de los días más concurridos por la celebración del banquete de caridad, que marca el fin del RamadánFoto Ap/NTV Canal Ruso
Corresponsal
Periódico La Jornada
Viernes 10 de septiembre de 2010, p. 24

Moscú, 9 de septiembre. La república de Osetia del Norte, ubicada en la región más inestable de Rusia, el Cáucaso del Norte –donde se consolida cada vez más la alianza de los grupos islamitas radicales y los separatistas chechenos–, sufrió este jueves el mayor atentado suicida de su historia reciente, que segó la vida de, al menos, 16 personas y dejó, como saldo también preliminar, 138 heridos, de ellos más de cien hospitalizados y 11 en estado crítico.

Un atacante, cuya identidad no ha sido confirmada, aunque portaba un documento a nombre de un tal Archiyev, hizo estallar el coche bomba que conducía en la entrada del mercado principal de Vladikavkaz, capital norosetia, alrededor de las 11 y media de la mañana.

El mercado, a esa hora, estaba muy concurrido por celebrarse hoy el fin del mes de riguroso ayuno del Ramadán, el Uraza-bairam como denominan los musulmanes de este país el Eid al-Fitr, o banquete de caridad, una de las fiestas más importantes para esta religión.

No hay duda que al volante del vehículo, según declaró a la televisión rusa al inspeccionar el sitio del atentado el presidente de Osetia del Norte, Taimuraz Mamsurov, iba un suicida, porque su cuerpo decapitado se encontró en el interior del automóvil, modelo Volga-3112, con placas de (la vecina república de) Ingushetia.

Potente carga explosiva

Los peritos de la procuraduría, en una primera evaluación, creen que el coche llevaba una potente carga explosiva equivalente a 40 kilos de trilita, así como abundante metralla y, en la cajuela, un tanque de gas.

La explosión fue tan fuerte que se oyó a cinco kilómetros del mercado, dijo un testigo que citan las agencias noticiosas locales.

Desde 1999, cuando una bomba mató a 52 personas y causó más de 200 heridos, es el quinto atentado en ese mercado de la capital norosetia.

El titular del Kremlin, Dimitri Medvediev, tras enviar a Vladikavkaz a su representante personal para el Cáucaso del Norte, Aleksandr Jloponin, se comunicó con Mamsurov, en videoconferencia, cuyos fragmentos medulares transmitió la televisión rusa.

Quiero expresar nuestras condolencias y que sepa que haremos todo lo que esté a nuestro alcance para capturar a los monstruos, a los desgraciados que perpetraron este bárbaro atentando terrorista contra la población civil, prometió Medvediev.

Agregó que si oponen resistencia a la hora de ser detenidos serán eliminados sin miramientos.

Jloponin, el enviado de Medvediev, ya se apresuró a señalar que la procuraduría dispone de pistas sólidas y que hay tres detenidos, entre éstos el dueño del automóvil que se usó en el atentado.

El sospechoso, de apellido Dobriyev y residente en Ingushetia, asevera que la víspera vendió su coche a un desconocido.

Si todo continúa como hasta ahora, dentro de cierto tiempo las fuerzas de seguridad rusas reportarán que, durante un exitoso operativo, mataron a tal o cual individuo, acusado de islamita radical, supuestamente involucrado en el atentado de hoy, con o sin fundamento.

Con ello, de modo inevitable, lo único que conseguirá Rusia es que los familiares del islamita eliminado cometan nuevos atentados suicidas, en progresión geométrica, y así será mientras el Kremlin no entienda que amenaza con matar a un enemigo para el cual morir es –vista la cantidad de atentados suicidas en el Cáucaso del Norte– no el máximo castigo, sino todo un premio.

El primer ministro Vladimir Putin, quien en sus tiempos de presidente rechazó negociar un arreglo político y apostó por la línea dura, que hoy reiteró su sucesor en el sentido de que, con los separatistas e islamitas radicales, no puede haber ni transacciones ni treguas, visitó a Ravil Gainutdin, líder de la Unión de muftíes de Rusia, el principal jerarca de los musulmanes de este país.

“Este atentado –afirmó Putin– busca sembrar el odio entre nuestros ciudadanos. Confiamos mucho en que la población musulmana de Rusia sabrá hacer una contribución decisiva en esta lucha (contra los grupos islamitas radicales y los separatistas)”.

Osetia del Norte, que apenas había terminado de conmemorar esta semana el sexto aniversario de la matanza en la escuela de Beslán, vuelve a ser escenario de un baño de sangre, igual que lo son Chechenia, Ingushetia, Daguestán, Kabardino-Balkaria y, en menor grado, las restantes dos repúblicas norcaucásicas, Adiguea y Karachayevo-Cherkesia.

La guerrilla separatista y los islamitas radicales pretenden proclamar un califato en el Cáucaso del Norte y suman adeptos entre los familiares que claman venganza y los jóvenes que no hallan otra salida en el contexto de la desastrosa situación económica en la región y la insultante opulencia de los clanes gobernantes que se subordinan a Moscú.

El líder de los independentistas chechenos, Doku Umarov, que de un tiempo para acá asume la responsabilidad de cuanto atentado ocurre en el Cáucaso del Norte, difundió esta noche en Internet un mensaje de video, en el cual advierte que en el territorio de Rusia seguirán llevándose a cabo operaciones especiales como la de Vladikavkaz.