La OCDE tira discurso del gobierno mexicano sobre los ninis
Documenta: 45% de jóvenes de entre 15 y 19 años en el país ni estudia ni trabaja
a de por sí raquítica credibilidad del calderonato ha quedado por los suelos, tras divulgarse el informe elaborado por la OCDE (Panorama de la educación 2010), el cual no sólo tira al cesto de la basura el discurso oficial sobre los llamados ninis, sino que documenta la precaria situación de millones de jóvenes mexicanos que resume así: el 45 por ciento de los jóvenes de entre 15 y 19 años en México no estudia ni trabaja
, una proporción que ni de lejos cuadra con lo recientemente afirmado por las secretarías de Gobernación y de Educación Pública, en el sentido de que sólo son 285 mil
los jóvenes que se encuentran en tal circunstancia.
Un ridículo adicional que debe agregarse al grueso inventario que en este renglón acumula el calderonato, lo que sería lo de menos (parece que hacer el ridículo le fascina) de no ser porque entre las patas se lleva el presente y el futuro del país. Son los mismos ninis para quienes el inquilino de Los Pinos encontró una explicación científica del por qué de su lamentable circunstancia: eso les pasa por no creer en Dios
, amén de ser esquezofrénicos
, como diría el creativo secretario de Desarrollo Social, Heriberto Félix Guerra, ahora encargado del apagón analógico con fines electoreros.
Casi tres semanas atrás y por instrucciones de Los Pinos, las secretarías de Gobernación y de Educación Pública divulgaron un comunicado conjunto (Los jóvenes en México, realmente ¿ni trabajan ni estudian?), que ponía en duda, según su versión, la voluminosa cuan creciente existencia de los llamados ninis mexicanos, y exhortaba a hacer un manejo cuidadoso
de las cifras relativas a este obvio problema social. Las dependencias a cargo de Francisco Blake y a Alonso Lujambio consideraron que “de acuerdo con algunos expertos en la materia, el análisis riguroso de este subgrupo de la población (los ninis) debería excluir, además de quienes se dedican al trabajo doméstico, a los jóvenes que actualmente se encuentran buscando empleo (pues forman parte de la población económicamente activa) y a quienes experimentan algún tipo de discapacidad que les impide realizar actividades económicamente productivas… La percepción generalizada de que existe una gran cantidad de jóvenes nini no se refleja en las cifras de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo. Con frecuencia, el volumen de la población nini se sobreestima debido a una conceptualización parcial del fenómeno, ya que algunas estadísticas en torno a esta población incluyen en ellas a jóvenes que se dedican al trabajo doméstico, entre los que la proporción de mujeres jóvenes unidas es predominante”.
Y a manera de ejemplo
citaron que “la Encuesta Nacional de la Juventud 2005 reporta 24 por ciento de jóvenes entre 12 y 29 años que dicen no estudiar ni trabajar. Sin embargo, de este conjunto poco más de ocho de cada 10 son mujeres, entre las cuales cerca de siete de cada 10 están unidas y, presumiblemente, se dedican a la vida doméstica. Otro 30 por ciento de las mujeres son solteras, pero podrían participar en las actividades domésticas de su hogar de origen. Incluir a este subgrupo de la población joven entre los ninis parece inapropiado, ya que el trabajo relativo a la reproducción no es una labor menor… Al respecto, resulta pertinente cuestionar si el hecho de que las mujeres jóvenes se dediquen a actividades reproductivas y domésticas desde edades tempranas obedece o no a una situación de exclusión social que acota sus oportunidades y las orienta desde edades muy jóvenes hacia la vida doméstica… Es necesario aprovechar el bono demográfico para impulsar el desarrollo del país y que las generaciones actuales y futuras de mexicanos vivan mejor.” Así, para ambas dependencias sólo existen 285 mil ninis
en el país.
Pues bien, con la propia estadística oficial en la mano, el rector de la UNAM no sólo tiró al cesto de la basura el citado comunicado, sino que documentó que suman más de 7 millones los ninis en el país. El propio José Narro Robles ha subrayado que “es una vergüenza que tengamos 7.5 millones de jóvenes en esta situación, fundamentalmente porque no hay oportunidades para ellos… Si sólo se pretende matizar las cosas, si nos planteamos un mundo color de rosa, nos vamos a equivocar de manera muy grave”.
Ahora es la OCDE –a la que pertenece México– la que tira al suelo las rosadas cifras divulgadas por la Segob y la SEP: “el 45 por ciento de los jóvenes de entre 15 y 19 años en México no estudia ni trabaja… Esta proporción de jóvenes que no estudian, ni están en el mercado laboral es un retrato de lo que puede sucederle a México en los años venideros… Los parámetros de violencia en México pueden afectar las condiciones de enseñanza, (y) aunque no hay indicios para dar conclusiones (sí) hay una preocupación”. De igual forma lamenta que el gasto por alumno en educación en el país siga siendo muy bajo
, pues invertir en la educación hoy es más importante que nunca, (pero) México es el país con menor gasto por alumno
de los 30 países que dan cuerpo a la Organización. Si bien México “toma decisiones de gasto relativamente eficientes (…) más de 90 por ciento de las erogaciones es consumido por el personal, dejando poco margen de maniobra para otros recursos educativos… La crisis económica reciente afectó principalmente a los jóvenes con un nivel de educación bajo, generando un aumento de cerca de cinco puntos porcentuales de la tasa de desempleo entre 2008 y 2009 para los alumnos que no completaron los estudios de preparatoria”.
No sólo eso. La OCDE advierte que de los países de la organización, en México “el alumnado es el que menor número de años espera permanecer escolarizado… Los países que tienen un menor porcentaje de gasto anual (con respecto al PIB) en instituciones educativas por alumno para todos los servicios destaca México (18 por ciento)… La proporción más elevada de alumnos por maestro la tiene México en todos los niveles (junto a Reino Unido, Brasil y Chile)”, y así por el deprimente estilo.
¿Hacia dónde, pues, va el país con estos resultados?
Las rebanadas del pastel
¡Shalalala! Que dice Javier Lozano Alarcón que quiere ser el próximo inquilino de Los Pinos: “sería ridículo, absurdo, irresponsable y mentiroso decir que alguien (…) como yo no tiene una aspiración. Las aspiraciones son buenas, son legítimas y hasta son sanas” (El Universal). Felicidades, pero con lo resultón que ha sido su paso por la Secretaría del Trabajo y el activo porrismo que ha demostrado, sería ridículo, absurdo e irresponsable que alguien lo tomara en serio como precandidato.