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Presentan nuevo libro del colaborador de La Jornada

Arnoldo Kraus busca atar y ligar sus cabos vivenciales

En A veces ayer explora la combinación recuerdo-recuento

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Arnoldo Kraus, durante la entrevista con La JornadaFoto José Antonio López
 
Periódico La Jornada
Miércoles 8 de septiembre de 2010, p. 7

Recuerdo es una palabra que se repite de modo incesante en A veces ayer, el libro más reciente del médico Arnoldo Kraus.

Y aunque el colaborador de La Jornada diga que en algunos de sus escritos regresa a la memoria –más a la colectiva que a la individual–, en ese texto autobiográfico, pero también novelado, que termina en la prepa, busca recuperar uno que otro recuerdo de sus primeros años.

“Los años que pasé en casa antes de ir a la primaria se han desdibujado; poco o nada recuerdo de esos tiempos; son demasiado lejanos –reconoce en la introducción del volumen–. Parecería que nunca existieron. Es una pena. Una pena que no duele, pero que me inquieta: ¿dónde quedó mi tiempo niño? ¿Dónde habita ese tiempo perdido?, ¿cómo consultarlo?”

Para Kraus regresar a la memoria individual sirve para construir “mucho de lo que es tu presente y porque puedes mirar un poco más hacia allá. También sirve porque da oportunidad de dialogar con las personas que están a tu alrededor acerca de lo que perdiste, de lo que hiciste bien y de lo que no. El tema de la memoria colectiva –ahora hay un auge, si se vale la palabra— en muchos lugares del mundo, tiene una razón de ser relevante. Es muy difícil instalarse bien en el presente sin antes tratar de atar y ligar todos los cabos de lo que fue tu vida.

“Alguna ocasión escribí en otro libro que todas las personas antes de morir deben dejar un testimonio, donde se diga más o menos cuál fue el recorrido de su vida, que en principio es por supuesto un recuento personal.

“De ello pueden surgir muchísimas ideas para contagiarlas a otras personas cercanas en tu vínculo familiar y de amistades, por un lado, para que sepan de ti y, por el otro, para que tengan alguna enseñanza de cómo modificar cosas inadecuadas que suceden en la vida.

“Pienso que debería haber en la primaria, en la secundaria, una materia que se llamase memoria, que se aproxime a un análisis detallado de lo que fueron las personas en determinadas circunstancias, pero que se apegue mucho a cuestiones éticas, morales, y no sólo a lo que cuenta la historia o al análisis de la sociología, de la economía o de la historia, repito, sino a una implicación personal de lo que sucedió en determinadas circunstancias.

Más bien hablo de circunstancias adversas, más que buenas; servirían mucho para construir un poco mejor a las personas o a la humanidad en la actualidad. Es un tema al que regreso, en el que en mi visión actual de lo que es el ser humano, lo veo desmembrado, desgajado, empobrecido, con más cosas negativas que positivas. Todos suponemos que las lecciones de la ética, la historia y la moral en lo colectivo dejarían de repetirse si las personas aprendiesen de lo que hicieron otros.

En contraste con otros de sus libros, A veces ayer (Ediciones Cal y Arena, 2010), es alegre, pues Kraus cuenta, “sin desparpajo como fui, lo que hice y lo digo con naturalidad. En el libro hay muchas travesuras y groserías. No oculto nada. Mi madre, quien lo leyó de una tirada, me preguntó: ‘oye, hijito, ¿y tú hacías todo esto?’ ‘Es 5 por ciento de todo lo que hice, lo demás no lo puedo contar’, contesté”.

Gozo por la escritura

Arnoldo Kraus, quien imparte clases de ética médica en el posgrado de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México, con el presente texto quiso probar otra forma de escribir en la que mezcla testimonio, recuento y también está novelado.

–¿Se trata de un desahogo?

–No, por fortuna. Pienso que mi vida marcha bien. Fue el placer de escribir algo diferente. Nunca había escrito algo así y de alguna manera pensé que debería ser un reto, aunque tiene mucho de no ficción, porque es parte de mi vida. Bueno, también hay muchísima ficción. Algunas de las cosas que cuento podrían no ser verdaderas o están un poco modificadas, ensalzadas para que se conviertan en una escritura mejor. No es un libro que me ayude ni que me modifique ni que me mejore, realmente gocé mucho al escribirlo.

Para Kraus el corazón de A veces ayer es la combinación recuerdo-recuento, porque le da vida. Aunque no se trata de un libro de autoayuda o sicoanalítico, la mayoría de las veces cuando uno escribe, sí encuentra en el placer de la escritura o el dolor de la escritura algo terapéutico, ya sólo por el hecho de trabajar, retarte, y en este caso por la necesidad de abrir o transparentarte.

(A veces ayer fue presentado anoche en el Centro Cultural Isidro Fabela, en San Ángel.)