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Los festejos, a reflexión

Presentan Ideas y afanes de una patria, libro de ensayos coordinado por la historiadora

En lugar de festejar, hay vacío de poder y desorden: Susana Chacón

Perdimos una oportunidad para celebrar el bicentenario y así replantear a fondo el país; pareciera que todo es narcotráfico y dispendio, afirma la académica del Tec de Monterrey

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El Palacio de Bellas Artes, ca. 1918, cuya construcción ordenó Porfirio Díaz, como parte de los fastos por el centenario de la emancipación de MéxicoFoto del Fondo Culhuacán de la Fototeca Nacional del INAH
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Integrantes de sociedades mutualistas, con sus estandartes, durante el homenaje que rindieron a los héroes patrios en el Monumento de la Independencia, el 16 de septiembre de 1910Foto del Fondo Culhuacán de la Fototeca Nacional del INAH
 
Periódico La Jornada
Miércoles 8 de septiembre de 2010, p. 4

Debemos estar conscientes de que el país se perdió de una gran oportunidad de celebrar el bicentenario del inicio de la Independencia. En cambio, tenemos un México en el que el vacío de poder y el desorden es evidente, con una constante: se apuesta al beneficio individual y del grupo en el poder, pareciera que todo es narcotráfico y dispendio, afirma Susana Chacón, doctora en historia por la Universidad Iberoamericana (Uia) y directora de Investigación y Desarrollo del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), campus Santa Fe.

La especialista es una de las coordinadoras del libro Ideas y afanes de una patria: México en el bicentenario (coeditado por Porrúa y la Uia), en el cual, con su colega Lilian Briseño, reunieron a un grupo interdisciplinario de investigadores del ITESM para analizar tres periodos históricos: 1810, 1910 y 2010, desde los puntos de vista económico, social y cultural.

El resultado fue un conjunto de ensayos que permiten rescatar elementos positivos de cada uno de esos aspectos que conforman nuestra historia, distintos de la oficial. El hilo conductor fue tratar de conocer las virtudes del pasado, pero también los errores, porque para construir un México distinto no debemos partir de cero.

Dar voz a varios rostros

En entrevista con La Jornada, Susana Chacón recuerda que no obstante de que justo después de las celebraciones porfiristas del centenario de la Independencia se dio la Revolución, los festejos se planearon con una década de antelación.

Durante 1910, añade, casi diario hubo inauguraciones de grandes edificios y obras públicas: “Ahora no tenemos absolutamente nada. El arquitecto Teodoro González de León, casi al final del sexenio de Ernesto Zedillo, le hizo al presidente una propuesta para empezar a planear el bicentenario. Por supuesto que esos planes se le presentaron a la administración de Vicente Fox, pero se perdieron en el vacío de poder y el desorden.

“Me preocupa que ahora la constante es la búsqueda del beneficio individual y del grupo en el poder, no se piensa en función del país. Por supuesto que en 1910 había pugnas que derivaron en la Revolución, pero había proyectos: el Palacio de Bellas Artes, el Ángel de la Independencia, la nueva sede del Congreso que al final quedó como monumento a la Revolución, hasta la reinauguración de la Universidad Nacional de México.

Ahora perdimos una gran oportunidad para replantear a fondo el país. Pareciera que todo es narcotráfico, sin contar el dispendio que estamos viendo.

Chacón señala que para poder hablar de patria se necesita conocer “cómo hemos cambiado a lo largo de la historia, cuáles han sido nuestros valores. México es una patria con muchos ros-tros. El gran reto y el gran valor de rescatar la historia es pensar cómo podemos darle voz y espacio a todos estos Méxicos bajo un solo régimen político, cómo podemos unificar diferentes posturas y conciliar intereses o ideologías, más que partidos políticos, pues todos somos parte del país.

“Crecimos con la historia oficial, en el ámbito de los héroes y los villanos, los malos, los buenos, como si todo fuera en blanco y negro, y cuando nos acercamos realmente a la historia vemos que hay muchos factores externos que obligan a cambiar de dirección en determinado momento y ni siquiera los podemos ver, como si México viviera aislado.

“Al no conocer nuestro pasado estamos repitiendo lo mismo, y así no debe ser la vida, tenemos que buscar una propuesta de construcción nacional, por complicada que sea, que en principio tenga una postura de tolerancia a la diferencia.

“La idea de los héroes en el centro de la historia nos acerca a puntos para reafirmar la identidad, pero al conocer bien la historia vemos, por ejemplo, que el llamado que hace Miguel Hidalgo en 1810 es para la restauración del monarca Fernando VII, no buscaba la independencia de la corona española.

Quienes lo acompañaban no midieron las consecuencias y el movimiento se salió de control, como ocurre en el momento actual, en el que se decide hacer una guerra contra un supuesto enemigo que es el narcotráfico con una estrategia que está desbordada. Si viéramos a la historia como es podríamos aprender algo para no provocar movimientos sociales fuera de control.

La autora de otro texto que pone reflectores en este 2010: México y el bicentenario: ruptura y continuidad en las ideas, (ITESM-Porrúa, 2009) afirma que se puede convivir con todos los rostros que conforman el país, a condición de que exista un liderazgo sólido que unifique la parte de la sociedad civil, es decir, los grupos sociales organizados y a la iniciativa privada. De lo contrario tendremos que seguir con este ánimo pesimista.

El libro Ideas y afanes de una patria: México en el bicentenario, coordinado por Lilian Briseño y Susana Chacón, con textos de Chandra Bhushan Choubey, Dolores Chávez, Emilio Rabasa Gamboa, Gabriela Palavichini Corona, Hamma Bachir Ahmed, Isidro Morales, Itzel Barrera de Diego, Macario Schettino, Mercedes Alanís, Miguel Ángel Corro Manrique y Óscar de los Reyes Heredia, será presentado hoy en la terraza El Mayor, de Editorial Porrúa (República de Argentina 17, Centro Histórico).

Participan Lorenzo Meyer, María de Lourdes Dieck Assad y los autores.