El rector de la Universidad Iberoamericana (Uia), José Morales Orozco, consideró que ante la situación social, económica y delictiva que enfrenta el país, el reto de las instituciones de educación superior públicas y privadas es lograr aterrizar las propuestas de solución que han presentado, al igual que otros sectores sociales, y que haya voluntad del gobierno y del sector privado para llevar a cabo las reformas necesarias.

Las instituciones de enseñanza superior no podemos seguir formando profesionistas exitosos en sociedades fracasadas. Tenemos que ver que nuestra sociedad, nuestro Estado, no sean un Estado fallido y una sociedad fracasada, sino lo que queremos para el bien de México, manifestó en entrevista.

Durante la presentación de su sexto informe de actividades, en el auditorio José Sánchez Villaseñor de esa casa de estudios, se anunció que Morales Orozco permanecerá dos años más al frente de la principal institución educativa de la Compañía de Jesús en México.

El rector indicó que entre los compromisos que deben asumir las instituciones de enseñanza superior del país frente a los problemas que vive México está aumentar la cobertura y calidad de la educación, aunque dependen de variables que no está a nuestro alcance resolver, como mayor inversión pública en el sector y proponer respuestas concretas, viables y realistas.

Además, las universidades privadas enfrentan el reto de ser cada vez más incluyentes, no buscando únicamente el lucro, sino la formación y la educación en el país.

En el contexto de la falta de oportunidades académicas y laborales, principalmente para miles de jóvenes, explicó que las universidades están obligadas a ofrecer una enseñanza de calidad y una formación muy creativa, que capacite a los estudiantes no sólo para atender recetas que respondan a problemas muy concretos.

El mismo contexto nos está pidiendo que formemos estudiantes comprometidos, ante una situación de violencia e inseguridad, frente a un crimen que puede ser organizado y que ha ido más allá del narcotráfico y que busca amedrentar, a través de secuestros, extorsión y muchas otras maneras de ir incursionando en la búsqueda del dinero fácil e ilícito, destacó.

El modelo educativo del país también tiene que atender el problema de los millones de jóvenes de entre 12 y 29 años que no estudian ni trabajan, por lo que las autoridades en la materia y las universitarias deben ser más flexibles y creativas en ofrecer diversos tipos de programas académicos, de capacitación y de formación profesional y técnica, que no necesariamente duren cuatro años, sino muchas veces puede ser un buen programa de dos años avalado y acreditado académicamente para atender necesidades muy reales y concretas.

Otro compromiso es lograr la purificación de nuestros partidos políticos, para que los estudiantes vean en el servicio político un bien para México bajo principios éticos y morales, no una manera de hacerse ricos a corto plazo”.

Al presentar su informe de labores ante el senado universitario, criticó la globalización y la economía del mercado, que en el país ha generado nuevas formas de empobrecimiento.